La propuesta más destacada, compleja e infeliz del grupo de expertos designado por la UE es ésta: subvencionar, por diferentes vías, a los medios que ofrezcan información contrastada
Nuestras élites mediáticas y políticas han desnaturalizado el término ‘verdad’ hasta convertirlo en una suerte de conformidad de pensamientos y aseveraciones con los dogmas del sistema (y no con la realidad). Es por ello por lo que a todo periodista celoso de su independencia y ávido de certezas debe preocuparle ese afán del establishment por combatir las llamadas ‘noticias falsas’, que, como hemos visto, no son sino aquellos textos que recogen hechos e ideas incómodos para quienes detentan el poder.
Desde el referéndum sobre el Brexit, la UE ha sido una de las entidades más preocupadas por el auge de la ‘manipulación’ y la ‘desinformación’. Así, en los albores de este año 2018, la Comisión creó un grupo de trabajo – integrado por expertos – encaminado a determinar los medios más adecuados y eficaces para la lucha contra la proliferación de las ‘noticias falsas’.
Tras más de dos meses de deliberación y – suponemos – intensas reuniones, dicha comisión de expertos ha hecho públicas sus conclusiones. En el documento en que éstas quedan resumidas, impele al Ejecutivo comunitario a promover la creación de una coalición contra la desinformación que, como primer cometido, elabore un código de buenas prácticas para plataformas digitales, periodistas y poderes públicos.
En cualquier caso, la propuesta más destacada, compleja e infeliz es ésta: subvencionar, por diferentes vías, a los medios que ofrezcan información contrastada; o, por citar lo aseverado literalmente en el documento, ‘elevar los fondos que apoyen el periodismo de calidad, incluidas las colaboraciones transfronterizas y el periodismo de datos’.
Una sugerencia que debería llevarnos a la formulación de unas cuantas preguntas: ¿Acaso debe subvencionarse a los grupos de comunicación que, simplemente, cumplen con su deber? ¿No devendrían estas subvenciones en un método para premiar a los medios serviles y castigar a los incómodos? Los propios expertos, conscientes de los peligros de su propuesta y con pueril ingenuidad, responden a este interrogante: ‘Hay que asegurarse de que eso no sirve para dar ayudas a medios amigos y negárselas a los que no lo sean’, dicen.
Independencia de los medios
Al tiempo que exigen que el poder financie a los medios de ‘calidad’, los expertos contratados por la Comisión Europea abundan en la necesidad de que los grupos de comunicación preserven su independencia. De esta manera, conminan a los Estados miembros de la UE a ‘abstenerse de interferir en la independencia editorial de los medios’.
En esta línea, el informe pone el acento en los próximos comicios; en ‘la amenaza que representa la desinformación que pretende minar la integridad de elecciones locales, nacionales o europeas’.
Las iniciativas de la Comisión Europea y las conclusiones de este grupo de expertos manifiestan algo: que los otrora defensores a ultranza de la libertad de expresión ya sólo la defienden cuando ésta beneficia al sistema y su pervivencia.