Siete ciudades españolas (Madrid, Barcelona, Sevilla, Valencia, Valladolid, Vitoria y Zaragoza) fueron seleccionadas en el plan «Cien ciudades inteligentes y climáticamente neutras», pero lo que en su momento se vendió como un «hito histórico» por las élites de Bruselas se ha convertido en un proyecto «fallido», plagado de promesas incumplidas y con una gestión caótica por parte de la Comisión Europea.
La misión, diseñada para alcanzar la neutralidad climática en 2030, prometía un acceso prioritario a 360 millones de euros para políticas climáticas, pero las ciudades todavía no han recibido los recursos necesarios, «quedando atrapadas en un limbo entre la propaganda institucional y la falta de financiación».
La misión «Cien ciudades climáticamente neutras» ha demostrado ser un ejercicio vacío de retórica institucional, según denuncian desde Patriotas. Los «contratos de ciudad por el clima», concebidos como el mecanismo para garantizar inversiones en transporte, energía y gestión de residuos, han quedado en papel mojado.
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida (PP), que en marzo del año pasado recibió el Sello Misión de la UE, afirmó que la designación implicaba «una responsabilidad» a la hora de «adoptar políticas medioambientales que tienen que ser eficaces». El Partido Popular, que abrazó este proyecto como una solución ideal y como pilar básico del Pacto Verde y la Agenda 2030, ahora traslada la responsabilidad a Bruselas.
El europarlamentario Borja Giménez ha enviado una pregunta a la Comisión Europea exigiendo explicaciones y un calendario claro para la asignación de los fondos. Exige que Bruselas entregue una respuesta en tres semanas presionado por las quejas de los ayuntamientos populares afectados, pero no puede ocultar que su partido y su grupo apoyaron un proyecto que «carecía de garantías reales» desde el principio.