Jeremy Corbyn, exlíder del Partido Laborista británico y referente de la izquierda más radical del Reino Unido, ha confirmado este jueves que trabaja en la fundación de un nuevo partido político. Lo ha anunciado con su habitual retórica utópica: como una «alternativa real» que devuelva la «esperanza» a un «sistema político roto».
Corbyn, expulsado del laborismo de Reino Unido tras años de escándalos, polémicas internas y acusaciones de antisemitismo, ha lanzado este nuevo proyecto tras el fracaso del supuesto «cambio» que prometía su antiguo partido con la llegada al poder. En su cuenta de X, el veterano socialista ha lamentado que “el Gobierno laborista se ha negado a traer el cambio que la gente se esperaba y se merecía”.
La noticia llega tras la dimisión de Zarah Sultana, diputada laborista, que ha abandonado el partido para sumarse a Corbyn. Ambos ya colaboraban dentro de la denominada Alianza Independiente, un pequeño grupo parlamentario de escasa relevancia pero con una agenda marcadamente ideológica.
“Felicitaciones a Zarah Sultana por tomar una decisión de principios”, ha dicho Corbyn, en alusión a su salida del laborismo. “Me complace que nos ayude a construir una alternativa real”.
Corbyn ha prometido anunciar pronto los fundamentos “democráticos” de su nuevo partido, en el que —según sus palabras— trabajará “junto a todas las comunidades para luchar por el futuro que la gente merece”.
La reaparición de Corbyn en la política británica reabre la puerta al radicalismo identitario y antioccidental que marcó su etapa al frente del laborismo. Años de liderazgo fracasado, enfrentamientos internos y escándalos no han disuadido a Corbyn, que ahora busca reorganizar a los sectores más radicales de la izquierda británica bajo un nuevo estandarte.
