Dos padres fueron arrestados por la policía británica tras localizar a sus hijas en casas donde estaban siendo víctimas de abusos sexuales. Lejos de detener a los agresores, las autoridades actuaron contra los progenitores, quienes intentaban desesperadamente salvar a las menores de una red de explotación que ha afectado a miles de niñas en el país.
En otros casos similares, las víctimas, todas menores de edad, fueron arrestadas por delitos menores como «comportamiento ebrio y desordenado», tras ser emborrachadas, mientras que los adultos musulmanes que las abusaban quedaron en libertad. «La policía no actuaba por miedo a ser acusada de racismo», se reveló en la investigación Jay de 2014 sobre los abusos masivos en Rotherham. La inacción era tal que, según el informe, los jóvenes de la ciudad ya no confiaban en las autoridades para protegerlos.
Las víctimas y sus familias también se enfrentaron a amenazas directas. Una niña que denunció a su agresor recibió un mensaje de texto mientras estaba en la comisaría. El hombre le advirtió que tenía a su hermana de 11 años y que su vida dependía de que retirara la denuncia. Aterrorizada, la niña desistió. «Nos abandonaron, nos dejaron solas», expresó una madre que sigue buscando justicia.
A pesar de la gravedad del escándalo, ningún funcionario policial o empleado público se ha enfrentado a penas de prisión. En Rotherham, las sanciones más duras contra la policía fueron advertencias escritas. Al mismo tiempo, varios de los responsables de los abusos, como el líder de una red de prostitución en Rochdale, han logrado eludir las consecuencias legales. Aunque perdió la ciudadanía británica, sigue viviendo en el mismo vecindario que algunas de sus víctimas, ya que su deportación nunca se llevó a cabo.
«El sistema falló. Fallaron las instituciones y fallaron las personas que debían protegernos», denunció una víctima que ahora es adulta. Para muchos, este caso representa el costo de un multiculturalismo mal entendido, donde las autoridades priorizaron la imagen de una sociedad inclusiva sobre la seguridad de las niñas vulnerables. Miles de menores abusadas y familias destrozadas siguen esperando respuestas y, sobre todo, justicia.