La presidente del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha definido un nuevo cambio en sus prioridades al eliminar el requisito de mantener la inflación «justo por debajo» del 2% en cada Estado miembro. Por su parte, el vicepresidente Luis de Guindos ha señalado que el rearme europeo es «la prioridad número uno», lo que implica que «será necesario emitir más deuda».
En una entrevista en la BBC, Lagarde ha defendido la inyección de liquidez que conllevará el rearme, definiéndolo como una oportunidad para impulsar la tecnología militar. Además, ha destacado la diferencia entre la «mala deuda», aquella emitida para cubrir gastos «del día a día», y la «buena deuda», que se destina a inversiones en defensa y que llevará a Bruselas «a reducir la burocracia, invertir en los lugares adecuados y mejorar la productividad».
Además, la presidente del BCE ha señalado que es muy probable que Bruselas reactive la cláusula de emergencia para suspender algunas de las reglas de sostenibilidad fiscal, permitiendo así un endeudamiento que será «excepcional». En respuesta a una pregunta de la cadena británica sobre el plan propuesto por Draghi, que sugería una inversión adicional de 800.000 millones, Lagarde ha indicado que se trata de una cuestión de tiempo, por lo que estas inversiones podrían materializarse en el futuro.
En este contexto, el BCE ha contemplado un posible escenario de guerra arancelaria no mitigada por negociaciones previas, lo que llevaría a un incremento de la inflación. Así, en caso de no poder justificar una política monetaria expansiva debido a la alta inflación, el BCE podría recurrir a mantener restricciones en la liquidez general, con tipos de interés más altos o congelados, pero ofreciendo condiciones mucho más favorables a las entidades que adquieran deuda militar.
