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no prorrogará las nucleares

El Gobierno alemán condena al país al racionamiento energético

El canciller de Alemania Olaf Scholz. Reuters
El canciller de Alemania Olaf Scholz. Reuters

La mayoría de los alemanes, ya lo vimos en su día, son partidarios de retrasar el cierre de las tres centrales nucleares aún en funcionamiento ante la dramática crisis energética que sufre el país. Pero el Gobierno sigue instalado en la locura climática y se ha negado a la prórroga, preparando en cambio a los ciudadanos a un invierno propio de la posguerra.

Así que este domingo Robert Habeck, ministro de Economía y miembro del partido Los Verdes, descartó cambiar la fecha de cierre de las tres centrales nucleares que aún operan en Alemania, prevista para fin de año. «Es la decisión equivocada dado lo poco que ahorraríamos», dijo Habeck, confirmando que la relación entre ecología y economía es la misma que hay entre astrología y astronomía.

La brillante idea de renunciar a la energía nuclear la aplicó la excanciller Angela Merkel, la misma que invitó a todo el Tercer Mundo a instalarse en Alemania durante la crisis migratoria de la guerra en Siria, asustada por el desastre de Fukushima de 2011 y contando con el respaldo de una población que no veía motivos para que el barato gas ruso dejara de fluir a placer.

Pero las cosas se ven muy distintas ahora, con la perspectiva de un invierno tan duro como no lo han conocido los alemanes desde la inmediata posguerra, y ahora una mayoría de alemanes prefieren que las centrales sigan abiertas, al menos hasta que mejoren las condiciones.

Nein: el Gobierno prefiere que los ciudadanos sufran antes que renunciar a sus fantasías verdes. Así que el propio Habeck ha aprobado una serie de draconianos ukases para superar el invierno sin ceder al sentido común.

Los lugares de trabajo donde los empleados realizan «trabajo físico duro» solo pueden calentarse a 12 grados. Si el esfuerzo físico es moderado, se permite llegar a 16 si se trabaja de pie, 17 grados si se trabaja sentado. Si el trabajo es ligero, la temperatura máxima autorizada será de 18 grados si se está de pie y de 19 si se trabaja sentado. No es broma.

Estará prohibido calentar los espacios comunes como los pasillos y, en muchos casos, también se prohibirá el agua caliente en los baños de los lugares de trabajo. También será ilegal calentar piscinas privadas con gas o electricidad y las tiendas no podrán dejar abiertas sus puertas al público.

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