El Gobierno de Viktor Orbán en Hungría espera con «mucha ilusión» el inicio del mandato presidencial de Donald Trump en Estados Unidos. El ministro de Economía Nacional, Márton Nagy, afirmó que espera que con el cambio en la Casa Blanca la guerra ruso-ucraniana pueda terminar. «La paz significará seguridad física y económica, y confianza para las familias y las empresas, lo que aumentará el consumo y puede conducir a un aumento de la inversión».
El Ejecutivo espera al nuevo embajador estadounidense para poner fin a «la venganza y los chivatos» de la Administración de Joe Biden.
En la misma línea, el director de comunicación de Fidesz, el partido de Viktor Orbán, celebró recientemente la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y le calificó de «pacifista» a pocos días de su toma de posesión.
«El mundo está a punto de cambiar (…). Las fuerzas proguerra, proinmigración y progénero han perdido Washington», ha aseverado, antes de destacar que esas mismas fuerzas «siguen siendo mayoría en Bruselas». «La lucha entre las fuerzas proguerra, proinmigración y progénero del pasado y los patriotas propaz, proseguridad y profamilia se librará en Bruselas», aseveró.
«Bruselas ha dicho claramente que quiere que la guerra continúe, que se traigan inmigrantes, que se extienda la locura de género y que Ucrania se convierta rápidamente en miembro de la UE. Además de nuestra seguridad física, esto también pone en peligro nuestra seguridad económica», afirmó, añadiendo que esos objetivos «también provocarían altos precios de la energía e inflación», y que el dinero de los agricultores húngaros pueda ir a Ucrania. «Somos la oposición de Bruselas, los patriotas representamos la rebelión». «Para los patriotas Hungría es lo primero. La alianza de Viktor Orbán y Donald Trump es el futuro», concluyó.
Fidesz insiste en denunciar las consecuencias de la inmigración ilegal impuesta por las élites europeas. «No hay duda de que existe una conexión entre la inmigración ilegal y los actos terroristas, pero todavía hay quienes intentan negarlo», aseveró Viktor Orbán.