«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

El terrorista de Trèbes estaba bajo seguimiento cuando perpetró los atentados

Radouane Lakdim, el yihadista que el pasado viernes asesinó a cuatro personas en el sur de Francia, estaba bajo un «seguimiento efectivo» por su radicalización en el momento en que perpetró los atentados, ha informado el fiscal de París, François Molins.

Lakdim «era objeto de un seguimiento efectivo, que estaba todavía en marcha en marzo, pero que no había permitido evidenciar señales precursoras de su paso a la acción ni intenciones de viajar a Irak o Siria», señaló Molins en una declaración a la prensa.
El yihadista figuraba desde 2014 en el llamado «Fichero S», de personas susceptibles de representar un peligro para la seguridad del Estado, y desde noviembre de 2015 había sido incluido dentro del Fichero de Señalamientos para la Prevención de la Radicalización Terrorista (FSPRT) por sus vínculos salafistas.
Sin embargo, tampoco en su estancia de un mes en prisión, en agosto de 2016, mostró signos de radicalización, señaló el fiscal.
«El registro en su casa permitió descubrir notas que hacen pensar en el testamento de alguien que ha jurado lealtad al EI y que se dice listo para morir por esa organización terrorista», agregó.
Lakdim, nacido en 1992 en Marruecos y nacionalizado francés desde 2004, estaba citado para el próximo 23 de abril en el Tribunal Correccional de Carcasona (sur) por posesión de arma blanca y por conducir sin permiso.
El fiscal confirmó también que su pareja, una joven de 18 años detenida el mismo viernes, tenía abierta una «ficha S» por su radicalización, e informó de que ésta gritó «Allahu akbar» («Dios es el más grande») al ser arrestada.
La joven, convertida al islam hace dos años, había colgado en las redes sociales la misma mañana del viernes una «sura» del Corán que «promete el infierno a los infieles», según Molins, que agregó que desde enero la chica no tenía contactos telefónicos con el yihadista, aunque se sospecha que podían mantenerlo a través de algún programa encriptado.
Tanto la joven como un menor de 17 años amigo de Lakdim continúan declarando bajo arresto por sus posibles vínculos con los atentados.

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