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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Éxito de las políticas de Orbán: 12.000 abortos menos que en 2010

El primer ministro magiar, Viktor Orbán

En Hungría, el número de abortos disminuye año tras año y las familias gozan de cada vez mayor vigor (tanto económico como moral) gracias a la feliz acción del Gobierno encabezado por el conservador Viktor Orbán


Los países europeos pueden dividirse en dos grupos bien diferenciados: por un lado, aquéllos que asumen la sacralidad de la vida humana y actúan en consecuencia; y, por otro lado, aquéllos que la someten a la lógica económica y, como resultado, promueven entre la sociedad civil el aborto, la eutanasia, la gestación subrogada (eufemismo de ‘vientres de alquiler’)…
Quizá la nación más paradigmática del primer grupo – junto con Polonia – sea Hungría, donde el número de abortos se reduce año tras año y las familias gozan de cada vez mayor vigor (tanto económico como moral) gracias a la feliz acción del Gobierno encabezado por el conservador Viktor Orbán. Los datos hablan por sí solos: los abortos anuales han disminuido casi un tercio desde 2010 (de 40.449 a 28.500), los divorcios son cada vez más infrecuentes (de 23.973 en 2010 a 18.600 en 2017) y las uniones matrimoniales se han incrementado (de 35.520 en 2010 a más de 50.000 en 2017).
Sobre estos esperanzadores cifras ha reflexionado la secretaria de Estado de Familia magiar, Katalin Novàk, quien se ha mostrado convencida de que Hungría está haciendo lo necesario para superar la crisis demográfica: ‘Una precondición para la sostenibilidad y el desarrollo de Hungría en el medio y largo plazo es un giro definitivo en las tendencias demográficas. Este objetivo puede alcanzarse con una política familiar estable y flexible capaz de adaptar las necesidades y condiciones’, ha aseverado.
En este sentido, Novàk ha añadido que la defensa de la familia constituye un imperativo constitucional: ‘La ley fundamental concede una importancia especial a la familia, protege la institución matrimonial y afirma que la base de la familia radica en el matrimonio y en la relación entre paterno y materno-filial. Declara, además, que Hungría debe impulsar el compromiso de tener hijos’.
Cabe recordar, a este respecto, que Orbán introdujo en los albores de su mandato una reforma constitucional encaminada a la explícita defensa de la familia natural y del matrimonio como unión entre hombre y mujer.

Las claves del éxito húngaro

En la aproximación del Gobierno húngaro a la cuestión familiar, la promoción de la conciliación – entre trabajo y familia – ocupa un lugar preeminente. De este modo, considerada de ‘vital importancia’, la actual política familiar magiar incluye programas integrales que ofrecen ayuda a las familias.
Entre estas ayudas destacamos el apoyo a la maternidad, ventajas fiscales para las familias, guardería pagada, permisos fiscales que impelen a las parejas a casarse, beneficios vacacionales, subvenciones a libros de textos… Medidas orientadas, en definitiva, a revertir la dramática crisis demográfica que amenaza el porvenir de Hungría y todos los demás países europeos.

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