«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

El separatismo catalán, la decisión del tribunal alemán y el declive de la UE

La Fundación Konrad Adenauer ha publicado un artículo en el diario alemán en el que acusa al Tribunal de Schleswig-Holstein de haberse excedido en sus competencias al rechazar la entrega de Puigdemont por rebelión.

El director de la entidad en España, Wilhelm Hofmeister, remitió dicho artículo al Frankfurter Allgmeine Zeitung este miércoles. Bajo el título «Cataluña y el declive de la Unión Europea», la fundación aborda el peligro de la cuestión catalana para la superviviencia del club comunitario. Este es el texto íntegro del artículo que ha traducido el periodista Hermann Tertsch:
‘’Cuando a principios del próximo siglo los historiadores describan el declive de la Unión Europea y los posteriores conflictos en el continente, buscarán sin duda, en la tradición de Tucídides la auténtica causa (próphasis) y las razones inmediatas (aitiai) para el reiterado desastre. No resulta difícil prever que el comportamiento en Alemania frente al separatismo catalán será reconocido como una de las razones inmediatas (aitiai) para el declive de la Unión Europea.
La Unión Europea se basa, entre otras cosas, en la idea de que es una comunidad de democracias liberales con arreglo al Estado de derecho. En estos momentos, en Alemania esta idea se pone seriamente en entredicho, a juzgar no sólo por el veredicto del Tribunal Superior de Justicia de Schleswig-Holstein, que ordenó la libertad provisional del líder separatista Carles Puigdemont, sino también por la reacción de políticos y medios de comunicación que niegan al Gobierno y al poder judicial español la competencia necesaria para formarse un juicio constitucionalmente apropiados sobre los separatistas.
En su sentencia, el tribunal regional superior establece analogías entre España y el Estado federal alemán. Por un lado es comprensible, dado que el tribunal sólo puede tomar como referencia a su propio entorno. Pero, por otro lado, esto es fundamentalmente erróneo, porque España no es un Estado federal y porque las Comunidades Autónomas tienen una estatus constitucional completamente diferente a la de los länder alemanes. Los derechos autonómicos de Cataluña superan en muchas áreas las competencias de los Estados federados. Además, el consenso constitucional español se basa en experiencias completamente diferentes a las de Alemania. Uno puede decir que es más precario por lo que, entre otras cosas, los procedimientos para enmendar la Constitución son mucho más complicados y prolongados que en Alemania. Pero esto fue acordado así por los padres de la Constitución Española para no poner en riesgo de forma negligente el consenso alcanzado hace 40 años, cuando se aprobó la Constitución. Las violaciones flagrantes de la Constitución, como las que ha cometido Carles Puigdemont, tienen en el contexto nacional de España un peso al que se percibe en el extremo norte de Alemania.
En lugar de centrarse en las reglas básicas de la Orden de Detención Europea y en entregar a Puigdemont a España, el Tribunal de Justicia de Schleswig-Holstein ha llevado a cabo en un cortísimo plazo una valoración cualificada de los hechos que rodeaban el referéndum ilegal del 1 de octubre, algo que no se le había exigido y que excede de manera significativa sus competencias.
La valoración de las violaciones de la Constitución y de las leyes por parte de Puigdemont y su Gobierno debería dejarse en manos de los tribunales españoles. La democracia liberal de España no sólo permite que personas (como Puigdemont y otros) se presenten como candidatos a las elecciones, a pesar de que evaden la justicia huyendo al extranjero, sino que también les autoriza a aceptar su mandato desde la distancia e incluso de delegar su voto (¡cobrando encima sus dietas!). En Alemania esto sería impensable. Por lo tanto, no hay duda de que los separatistas acusados están recibiendo en España el adecuado proceso judicial, acorde a los principios del Estado de derecho. Sus abogados pueden refutar los cargos individuales y el tribunal no tiene por qué acatar el escrito de acusación, al igual que el tribunal de Schleswig tampoco no acató la petición de extradición de la fiscalía.
Completamente nefasta es la propuesta de un rol de mediación de la UE, o incluso de Alemania, en el conflicto entre el Gobierno español y los nacionalistas catalanes. Puede lamentarse que el Gobierno español no persiguiera con más vehemencia una solución política a la crisis y que apostara en exceso por una solución legal. Pero revaluar ahora a Puigdemont mediante una iniciativa de mediación significaría que éste se acerca un paso más a su objetivo. Por supuesto, prometerá de todo para involucrar a la UE o a Alemania en el conflicto. Entonces, sería el dueño y señor del asunto y podría elevar infinitamente el precio de un acuerdo. A los nacionalistas catalanes no les interesa un mayor grado de autonomía, sino la soberanía; es decir, la secesión de España y la formación de un Estado separado. En esto no debe ni puede mediar la Unión Europea, si lo que quiere es evitar una de las razones de su futuro declive.’’

La UE respalda a Alemania

Una señal de ese declive que describe la fundación Konrad Adenauer son las palabras de la titular de Justicia de la Comisión Europea, Vera Jourová, que ha indicado que la Justicia alemana actuó «de acuerdo a las reglas» en relación a la extradición de Puigdemont. Tendría que mirar los detalles, pero creo que en este caso específico Alemania actuó de acuerdo a las reglas«, ha afirmado Jourová en una rueda de prensa.
La comisaria ha subrayado que los expertos de su equipo «no le han alertado sobre ninguna aplicación errónea de la euroorden» en Alemania.
Jourová hya descartado también que la Comisión Europea esté planeando ampliar la lista de delitos por los que se puede cursar una euroorden, una negativa que ya había expresado el pasado mes de diciembre después de que España considerara que la lista había quedado «obsoleta».
«No tengo ningún requerimiento de este tipo de ninguno de los Estados miembros. Tuvimos algo de debate con los colegas españoles el año pasado, pero en este momento no estamos continuando este diálogo», ha argumentado la comisaria checa.
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