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EL MIÉRCOLES SE ESPERAN MÁS DISTURBIOS

Graves disturbios en toda Europa tras el pase de Marruecos a la semifinal del Mundial de Catar

Aficionados de Marruecos celebran la victoria contra España en Barcelona. Europa Press.

El Mundial de fútbol de Catar está siendo un buen termómetro para ver la velocidad con la que ha crecido la inmigración árabe en Europa y el nivel de integración que tiene esta comunidad en el Viejo Continente. Cada paso histórico que ha ido dando la selección de fútbol de Marruecos en su periplo mundialista ha servido de excusa para que miles de aficionados marroquíes, o afines a dicho equipo, salgan a las calles, en muchos casos protagonizando disturbios y actos vandálicos.

Cuando Marruecos derrotó a España en el campeonato, hace apenas unos días, la Policía de Bruselas informó de 119 detenciones durante las celebraciones de seguidores marroquíes —una cifra casi siete veces superior al número de magrebíes arrestados tras el triunfo frente a Canadá, el pasado 1 de diciembre— y en los Países Bajos hubo un total de 55 detenidos, después de que los hinchas marroquíes se enfrentaran a las fuerzas de seguridad, que recurrieron al uso de gases lacrimógenos y cañones de agua. En España también hubo incidentes, pero de menor gravedad.

Conforme la selección de Marruecos avanza en el Mundial, sorprendiendo a propios y extraños ―es la primera vez que un equipo africano llega a las semifinales―, las celebraciones se vuelven más agresivas. Este sábado, tras el partido contra Portugal, se produjeron graves disturbios en varias ciudades europeas.

En París se produjeron fuertes cargas policiales para desalojar a los aficionados marroquíes de las zonas aledañas de los Campos Elíseos, donde se habían dado cita miles de hinchas; 20.000, dicen algunas fuentes. Los aficionados lanzaron objetos pirotécnicos contra las fuerzas de seguridad que tuvieron que responder con gases lacrimógenos. Le Figaro informa de más de 70 detenidos.

En Bruselas, que ya vivió disturbios cuando la selección magrebí venció a Bélgica, decenas de jóvenes encapuchados lanzaron objetos contra agentes de policía, que también se vieron obligados a responder con gases lacrimógenos, dijo al diario Le Soir la portavoz de la Policía Ilse van de Keere, quien confirmó no obstante que «no hubo daños significativos». La presencia policial era fuerte en el centro de la ciudad con vistas a evitar disturbios y se habían cerrado algunas bocas de metro y desviado líneas de autobuses como prevención, recoge 20 minutos.

Países Bajos también vivió momentos de tensión. Hubo disturbios en varios lugares de Ámsterdam, según la policía, que tuvo que dar una orden de emergencia para desalojar varias calles y acabó desplegando un cañón de agua y practicando varias detenciones. También se produjeron incidentes en Rotterdam y La Haya.

En Milán, un hombre de 30 años de edad se encuentra en estado muy grave al haber recibido una puñalada en el cuello durante las celebraciones mundialistas en la ciudad del norte de Italia. Según las primeras investigaciones de la Policía y los Carabineri recogidas por ‘L’Stampa’, la víctima fue atacada en el paseo de Corso Buenos Aires mientras intentaba sofocar una discusión entre otros dos hombres y su agresor habría sido identificado como un «hombre de Europa del Este» que se ha dado a la fuga.

El herido, tras ser estabilizado en el lugar por los servicios de Emergencia, fue trasladado rápidamente al Policlínico de Milán, donde su estado empeoró rápidamente después de que se le detectara una hemorragia interna, según fuentes médicas.

En España no hubo que lamentar incidentes como los del resto de Europa. En Barcelona, 2.400 aficionados marroquíes celebraron en el centro de la ciudad su clasificación para las semifinales del Mundial. Desde que acabó el partido, los grupos de hinchas fueron pasando por el eje que forman el monumento a Colón, La Rambla y la plaza Catalunya. La Guardia Urbana cortó los accesos a la plaza Catalunya y al Portal de la Pau.

El próximo miércoles, Marruecos jugará la semifinal contra Francia. Por tanto, se esperan disturbios aún mayores que los vividos hasta ahora; tanto si ganan, como ―quizá especialmente― si pierden, que es lo previsible. Recordemos que la marroquí es la comunidad étnica más importante de Francia.

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