El Parlamento de Países Bajos ha dado un paso decisivo para frenar la inmigración descontrolada. La Cámara ha votado a favor de endurecer de forma significativa las leyes de asilo, en una victoria del soberanista Partido Por la Libertad (PVV) de Geert Wilders, que ha logrado imponer sus propuestas pese a la oposición de los medios de comunicación y de las ONG proinmigración.
A partir de ahora será mucho más difícil obtener asilo y traer familiares al país. La normativa también penalizará expresamente la residencia ilegal en el país, y quienes ayuden a los inmigrantes ilegales podrán ser procesados. Esto coloca a numerosas ONG bajo la lupa de la Policía.
Las organizaciones de presión migratoria llevaban semanas descalificando las medidas como «inhumanas» y «legalmente cuestionables». Tras la votación, no ocultaron su «conmoción» por la contundencia del resultado.
Wilders marca la agenda de cara a las elecciones
El gran artífice del endurecimiento ha sido el líder del PVV, Geert Wilders. Fue precisamente su exigencia de atajar la inmigración la que provocó en junio la caída del anterior Gobierno, después de que sus socios se negaran a respaldar un giro restrictivo en la política migratoria. Ahora, esos mismos socios han dado marcha atrás y han votado junto al PVV a favor de la legislación.
El futuro del paquete legislativo aún depende de la aprobación en la Cámara Alta este otoño. Esa mayoría es incierta. En paralelo, la campaña electoral para las elecciones anticipadas de octubre ya está en marcha y podría influir en la decisión final.
Wilders, mientras tanto, consolida su liderazgo en el debate sobre inmigración y pone contra las cuerdas a la izquierda que domina las ONG y los medios neerlandeses.
