El jefe de la delegación de VOX en el Parlamento Europeo, Jorge Buxadé, ha presentado en Estrasburgo un plan de diez medidas para acabar con la «invasión migratoria» y el terrorismo islamista en Europa.
Ha exigido responsabilidades a los líderes de las instituciones comunitarias y a los gobiernos nacionales por haber permitido que Europa se convierta en un «paraíso para los falsos refugiados». «Deben pedir perdón y marcharse a casa», ha insistido, antes de señalar que las políticas de inmigración masiva promovidas por una élite globalista «han abierto las puertas al peligro y al caos».
Buxadé ha analizado la narrativa oficial sobre la inmigración, desmintiendo la idea de que sea inevitable o beneficiosa para Europa. «La inmigración masiva, ilegal e indiscriminada no es ni buena ni inevitable, es un crimen y un peligro para la supervivencia de Europa«.
VOX considera que Europa debe dejar de ser el destino preferido de los inmigrantes ilegales y falsos refugiados: «Ningún extranjero que entre ilegalmente en Europa obtendrá jamás ayudas sociales, ni permiso de residencia, ni asilo, ni protección». E insiste en que la protección que otorgan las leyes europeas debe ser exclusivamente para aquellos que las respeten: «Si incumplís nuestra ley, no tenéis protección».
Buxadé ha llamado a una ofensiva decisiva contra las mafias que trafican con personas, que operan «impunemente» gracias a la complicidad de las ONG. «Combatamos con todos nuestros medios, entremos en sus casas, asaltemos sus embarcaciones, detengámoslos y metámoslos en la cárcel», ha declarado.
Para reforzar la seguridad interna, propone «un plan de deportación sin precedentes» que expulse del continente a todos los inmigrantes ilegales. Esta medida, junto con un control más estricto de las fronteras y una política de mano dura hacia los gobiernos de terceros países que no controlen sus flujos migratorios, sería la piedra angular de la estrategia de VOX.
Buxadé aboga por el cierre inmediato de las mezquitas salafistas, centros donde se promueve una ideología contraria a los valores occidentales «y se incita al odio y al extremismo». Además, propone suspender toda ayuda a los países que no colaboren en frenar el flujo de inmigrantes ilegales.
El eurodiputado ha reclamado también una mayor transparencia en la cobertura mediática de los delitos cometidos por inmigrantes y ha exigido que los medios de comunicación revelen siempre el origen y la identidad de los agresores. Aquellos que no cumplan con este requisito, «no recibirán subvenciones públicas», ha advertido, asegurando que esto pondría fin «a la desinformación y la manipulación mediática» ante la inmigración ilegal.