«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Pide «cooperación» más amplia con los países de origen y de tránsito

La política de protección de fronteras de Orbán ha impedido la entrada de un millón de inmigrantes ilegales en Europa desde 2015

Orbán defiende la identidad húngara y señala que el 9-J será "un punto de inflexión" en Europa
El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán. Twitter

El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, ya alertó en 2015 de las consecuencias de la política laxa contra la inmigración ilegal. La protección de las fronteras ha evitado la entrada en Europa de un millón de inmigrantes desde ese año, según fuentes diplomáticas.

La lucha contra la inmigración ilegal es uno de los ejes principales de la Presidencia húngara del Consejo de la UE. «Hay que proteger nuestras fronteras. La posición húngara no ha variado en nueve años, siempre hemos tenido una posición firme destacando la importancia de la dimensión exterior de la inmigración», manifiestan, antes de incidir en los problemas que ha causado el flujo de inmigrantes debido a la falta de integración, provocando así «un gran desafío» en los sistemas de salud de los Estados miembros.

Para Hungría, la avalancha en la frontera sur de Europa es una «consecuencia» directa de las decisiones «inadecuadas» europeas. Pide «cooperación» más amplia con los países de origen y de tránsito para luchar contra el negocio de los contrabandistas (las mafias de tráfico de personas) y facilitar el retorno de los inmigrantes ilegales.

Las fuentes diplomáticas reiteran que la seguridad de Europa es «crítica», y que invertir en seguridad es una «prioridad» y un asunto principal para todo el continente: «Debemos invertir en la industria europea de Defensa». Hungría defiende la importancia de la «paz» y recuerda su apoyo humanitario a Ucrania para la reconstrucción de infraestructuras, hospitales, colegios, etc.

Además de la lucha contra la inmigración ilegal y la Defensa, tienen como objetivo en estos seis meses llegar a un nuevo acuerdo de competitividad (a través de la reducción de la burocracia), encontrar soluciones a los «desafíos» de la cuestión demográfica, luchar contra la fragmentación del mercado único, y prestar apoyo concreto al sector agrario para dotar de previsibilidad a los agricultores, que se sientan más seguros y puedan centrarse en la «productividad» y en la «competitividad». Recuperar, en definitiva, el peso económico que ha perdido Europa. Para ello, apuestan también por contar con las empresas en la legislación sobre el clima, e insisten en que las pequeñas y medianas empresas son la «espina dorsal» de la economía.

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