La presidenta del Frente Nacional (FN) reprochó que los sucesivos gobiernos, y el actual del presidente Emmanuel Macron «no han hecho nada» para impedir que se perpetraran acciones terroristas como las del viernes.
La líder de la derecha francesa, Marine Le Pen, reclamó la dimisión del ministro de Interior, Gérard Collomb, por no haber tomado medidas para prevenir el ataque el pasado viernes de un yihadista que asesinó a cuatro personas y dejó heridas a una quincena.
«Collomb está superado por los acontecimientos», afirmó en una entrevista al canal «BFMTV» Le Pen, que reprochó al ministro que en su primera declaración tras el atentado reconociera que los servicios secretos no habían detectado que el autor de la masacre, Radouane Lakdim, estaba en un proceso de radicalización.
Lakdim estaba fichado por radicalización islámica y había sido objeto de vigilancia, primero en 2014 y luego en 2016 y 2017, pero según la Fiscalía antiterrorista, no se detectó «ningún signo precursor» de que pudiera bascular en el terrorismo.
La presidenta del Frente Nacional (FN) reprochó que los sucesivos gobiernos, y el actual del presidente Emmanuel Macron «no han hecho nada» para impedir que se perpetraran acciones terroristas como las del viernes, y aprovechó para repetir sus recetas.
A su juicio, en primer lugar hay que expulsar a todos los extranjeros que están fichados por sospechas terroristas aunque la justicia no les reproche nada, y a aquellos de ellos que tienen la nacionalidad francesa y están fichados retirarsela para así expulsarlos igualmente.
«Desde que un extranjero representa un peligro, sea el que sea, no hay ninguna razón para que esté en nuestro territorio», argumentó después de haber dicho que «Francia no es un hotel, e incluso en un hotel se puede rechazar a un cliente».
Para los fichados que son únicamente franceses, su solución es llevarlos ante la justicia con el argumento de que «es un delito e incluso un crimen mantener relaciones con organizaciones que quieren cometer atentados».
Le Pen propone también la disolución de las organizaciones vinculadas con los Hermanos Musulmanes y los movimientos salafistas y prohibir la financiación de las mezquitas con dinero de otros países.