La creciente inseguridad en los alrededores de las estaciones más importantes de la capital belga, Bruselas Norte y Bruselas Midi, se han convertido en un tema de preocupación central durante la reciente cumbre inmobiliaria de Bélgica.
Empresarios y grandes inversores internacionales han expresado su reticencia a establecer oficinas en estas zonas, que se han transformado en focos de delincuencia. El mensaje ha sido contundente: sin una mejora sustancial en la seguridad, Bruselas perderá importantes oportunidades de inversión.
Frédéric Sohet, asesor financiero y socio inmobiliario de Deloitte Bélgica, sintetizó el sentir de muchos inversores: «Son reacios a instalarse cerca de Bruselas Norte o Bruselas Midi».
A pesar de las promesas reiteradas por parte de las autoridades, los inversores coinciden en que las medidas implementadas hasta ahora son insuficientes. El Plan Midi, lanzado en septiembre de 2023, incluía un refuerzo policial y la creación de una comisaría dentro de la estación. Sin embargo, más de un año después, los resultados siguen sin convencer.
Existe la creciente percepción de que el alcalde de Bruselas, Philippe Close (PS), no ha actuado con la contundencia requerida para hacer frente a la crisis de seguridad.
Aunque Close comunicó más de 420 arrestos desde el lanzamiento del Plan Midi, los empresarios consideran que las acciones no han sido suficientes para mejorar la situación. El CEO de Whitewood Group, Frédéric Van der Planken, ha sugerido que Bruselas debería seguir el ejemplo de King’s Cross en Londres, un proyecto de regeneración urbana que revitalizó una zona degradada mediante una combinación de inversión pública y privada.
El modelo de King’s Cross, que incluyó la creación de hoteles, oficinas, residencias y amplios espacios verdes es citado como «ejemplo de éxito que Bruselas debería emular». Para que este tipo de transformación sea posible, Bruselas debe abordar primero el problema de la inmigración ilegal, que provoca inseguridad y degradación de los barrios.