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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Manual de los imanes en Bélgica: de la yihad armada a ejecutar a homosexuales

No es la primera vez que la Gran Mezquita de Bruselas se sitúa en el centro de una polémica por radicalización.

La Antena de Coordinación para el Análisis de la Amenaza (OCAM), un servicio oficial belga encargado de detectar amenazas terroristas, alerta en un documento publicado por la prensa local sobre el adoctrinamiento antisemita de los imanes en formación en la Gran Mezquita de Bruselas.
«La enseñanza de la religión musulmana de la sección árabe del Centro Islámico y Cultural de Bélgica generalmente no está adaptada en nada al marco de referencia belga y europeo. Ese contenido se basa en ideas y doctrinas salafistas que incitan al rechazo a toda idea diferente y a las libertades y derechos fundamentales», dice el documento.
El citado centro está inscrito en la Gran Mezquita de Bruselas, un sitio de culto que en última instancia depende financieramente de Arabia Saudí.
El Gobierno belga rompió el pasado mes de marzo la convención que vinculaba al templo a ese país conocido por su defensa del islam radical, pero no tendrá efecto hasta marzo de 2019, incluido el ámbito de la formación.
Según ese texto de la OCAM sobre el curso 2016-2017, fechado el pasado febrero y publicado este miércoles parcialmente por medios de comunicación como la radiotelevisión pública RTBF o el diario Le Soir, la preocupación de las autoridades belgas no se limita a la Gran Mezquita de Bruselas.
«Numerosas mezquitas y centros islámicos en Bélgica todavía disponen en sus bibliotecas y como parte de sus actividades de formación libros de manuales y textos con contenido problemático en términos de radicalismo, xenofobia y antisemitismo«, agrega el documento.
En esos manuales, según añade RTBF, se mezcla el derecho islámico con doctrinas de los siglos IX al XII en las que se exalta la yihad armada y se describen métodos para ejecutar, por ejemplo, a homosexuales.
El diputado democristiano Georges Dallemagne señaló en unas declaraciones a RTBF que esa escuela islámica debe ser cerrada, sus manuales retirados y sus docentes investigados «en el marco de la ley contra la xenofobia y el racismo».
No es la primera vez que la Gran Mezquita de Bruselas se sitúa en el centro de una polémica por radicalización, un asunto sensible en una ciudad que en marzo de 2016 sufrió un doble ataque islamista con 32 víctimas mortales.
El pasado mes de octubre, el Gobierno belga le retiró el permiso de residencia al imán de la Gran Mezquita de Bruselas, Mohamed Galaye, por estar «radicalizado» y practicar el salafismo.
El secretario de Estado belga de Inmigración, Theo Francken, declaró al anunciar entonces la decisión que en su país «no hay ningún problema con el islam, sino con el islam radical y el salafismo».

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