«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
hasta el 80% son mujeres de entre 17 y 25 años

Más de 1.000 jóvenes al año se someten a mastectomías «masculinizantes» pagadas con el dinero de los contribuyentes en el Reino Unido

Mastectomía masculinizante. Foto de Aiden Craver en Unsplash

En el Reino Unido, más de 1.000 pacientes al año son derivados para cirugía de pecho para personas transgénero en el Servicio Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés). De ellos, hasta el 80% son mujeres de entre 17 y 25 años.

Este dato, revelado por The Telegraph a través de solicitudes de información, corresponde a las mastectomías «masculinizantes» financiadas con fondos públicos desde clínicas especializadas en género.

No obstante, este número puede representar sólo la punta del iceberg, ya que numerosas personas optan por realizarse esta cirugía de forma privada para eludir las largas listas de espera que maneja el NHS. Una simple búsqueda en plataformas de crowdfunding, como GoFundMe, arroja cientos de resultados bajo el término «top surgery UK», lo que evidencia la alta demanda que existe por este tipo de procedimientos.

Los servicios especializados en personas transgénero del NHS derivaron a 3.490 mujeres para esta intervención entre 2021 y 2023. Esta cifra se ha ido incrementando durante los últimos años, pasando de 1.089 casos en 2021, a 1.164 en 2022 y 1.237 en 2023. Además, en el mismo período se remitió a más de 780 mujeres para procedimientos de reasignación genital masculinizante, conocidos comúnmente como bottom surgery.

Expertos advierten de que, aunque se afirma que la extirpación de senos puede «aliviar» la disforia de género, no existe evidencia científica que asegure que la intervención mejora la salud mental ni el estado general de los pacientes. Por el contrario, hay pruebas de que estos procedimientos pueden causar daños irreversibles. Además, cada vez son más numerosos los casos de detransicionadores que han expresado en público su arrepentimiento por haberse sometido a cirugías apresuradas, relatando el dolor y las secuelas que sufren.

«Nos inquieta que se asegure a los jóvenes que estos procedimientos aliviarán su angustia, cuando la investigación no encuentra beneficios, pero sí evidencia de perjuicios irreversibles al perder una parte funcional del cuerpo. Urge que los médicos reciban un aviso real sobre el estado de la evidencia. Sin embargo, es una cuestión que deben decidir las autoridades sanitarias: ¿Debería ofrecerse este tratamiento dado el balance riesgo-beneficio y el claro riesgo de daño?», declara a The Telegraph la cofundadora y asesora principal de la Society for Evidence Based Gender, Zhenya Abbruzzese.

Las dudas de los médicos sobre las consecuencias de estas cirugías se suman a las inquietudes que ya han expresado estudios académicos. Un informe de la Universidad McMaster publicado en el Journal of the American Society of Plastic Surgeons concluyó que el nivel de certeza sobre los resultados de las mastectomías para disforia de género es «muy bajo», a pesar de décadas de práctica y más de 1.300 estudios publicados.

Mientras tanto, los padres de niños y adolescentes que se identifican como trans también han alzado su voz. «Es especialmente cruel para los padres descubrir que los contribuyentes financian mastectomías para miles de mujeres que han sido inducidas a creer que esto resolverá su angustia psicológica. Ver sufrir a tu hija de esa manera es indescriptible», denuncia un representante del Bayswater Support Group, un grupo de apoyo para padres con hijos con «identidad transgénero».

Ante las críticas, un portavoz del NHS ha asegurado que la cirugía torácica masculinizante está disponible sólo para pacientes adultos que cuenten con un diagnóstico clínico de disforia de género. Asimismo, añadió que el NHS está llevando a cabo una revisión exhaustiva de los servicios de género para adultos, cuyo resultado se plasmará en una nueva normativa para determinar el futuro apoyo a estos pacientes.

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