Cinco de los seis integrantes de una de las bandas de secuestro de menores más salvajes de Rotherham, de origen pakistaní, han sido liberados, según reveló MailOnline. Este grupo fue condenado en 2017 por abusar sexualmente de dos niñas menores, a quienes drogaban con alcohol y cannabis.
A pesar de las sentencias que oscilaban entre diez y 13 años, tres de los condenados —Tayab Dad, Amjad Ali y Matloob Hussain— ya han sido liberados bajo licencia, apenas siete años después de ser encarcelados. Otros dos miembros, Nasar Dad y Mohammed Sadiq, quedarán en libertad condicional en los próximos días, dejando únicamente al líder de la pandilla, Basharat Dad, cumpliendo una condena de 20 años.
Esta noticia ha reabierto viejas heridas en Rotherham, una ciudad que fue el epicentro de uno de los mayores escándalos de abuso infantil en el Reino Unido. Una investigación reveló que hasta 1.400 niñas fueron víctimas de abuso y tráfico entre 1999 y 2001, en un caso que conmocionó al país y llevó a operaciones policiales masivas para desmantelar redes de explotación sexual.
El caso también ha alimentado un intenso debate político y social. El multimillonario Elon Musk acusó públicamente al líder laborista, Sir Keir Starmer, en su plataforma X, de ser «cómplice de la violación de Gran Bretaña» durante su tiempo como director del Ministerio Público (DPP). Musk criticó su gestión y lo señaló por no abordar de manera eficaz las bandas de explotación sexual infantil.
Sir Keir respondió enérgicamente durante una conferencia de prensa celebrada este lunes, calificando de «mentiras y desinformación» las acusaciones difundidas por algunos políticos y activistas. «Quienes propagan estas falsedades no están interesados en las víctimas, solo buscan beneficiarse a sí mismos», afirmó, denunciando además que el acalorado debate en línea ha llevado a amenazas contra parlamentarios, incluida la Ministra de Protección, Jess Phillips.
El líder laborista defendió su historial como Fiscal del condado y recordó que durante su mandato designó un fiscal especializado en abuso infantil y explotación sexual para supervisar casos contra estas pandillas. También calificó la explotación sexual infantil como «absolutamente repugnante» y acusó a los conservadores de usar el tema como una estrategia política para ganar popularidad.
Mientras tanto, los llamados a una investigación pública nacional sobre la explotación infantil continúan creciendo. Tanto diputados conservadores como reformistas han pedido al Gobierno británico que aborde el tema con mayor firmeza, exigiendo respuestas sobre cómo se gestionaron estos casos en el pasado y cómo evitar que se repitan.
