El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, mantendrá este miércoles su primera reunión bilateral con Giorgia Meloni. El jefe del Ejecutivo aterrizará hoy en Roma y a mediodía será recibido por su homóloga italiana en el palacio Chigi, donde tendrá lugar el encuentro entre los dos líderes y un desayuno de trabajo. Por último, realizarán una declaración institucional sin preguntas, previsiblemente a las 12.45 horas.
Sánchez llega a la capital italiana después de haber hecho parada en Chipre y Malta, en una nueva gira preparatoria de cara a la Presidencia española de la Unión Europea que se desarrollará durante el segundo semestre de este año. España comparte con estos tres países una realidad similar respecto a la cuestión migratoria, aunque el Gobierno mantiene diferencias notables, especialmente con Italia, en el modo de abordarla.
Sánchez ya ha avanzado este martes por dónde pasan sus planes, al subrayar en Nicosia junto al presidente Nikos Christodoulides su voluntad de avanzar en dirección a un acuerdo que beneficie a todos los socios de la UE y supere la política de bloques, para lo que tendrá que convencer a la socia de Vox en Italia de modificar su política migratoria de oposición frontal a las mafias de tráfico de personas en el Mediterráneo.
Una felicitación tardía
Sánchez y Meloni se verán cara a cara por primera vez, después de que esta alcanzase la jefatura de Gobierno italiano el año pasado. Los dos mandatarios han coincidido en los Consejos Europeos en Bruselas y también en la cumbre del G20 celebrada en Bali el pasado mes de noviembre, pero esta será su primer encuentro bilateral.
Sánchez tardó 11 días en felicitar públicamente a la actual jefa del Gobierno de Italia tras el resultado de las elecciones celebradas el pasado mes de septiembre, algo que sí hizo de forma inmediata a través de su cuenta oficial de Twitter con el primer ministro británico, Rishi Sunak, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, o la primera ministra danesa, Mette Frederiksen.
Una tardanza no casual y atribuible al interés de Sánchez y el Gobierno que encabeza de demonizcar a los representantes de la nueva derecha europea, de la que Meloni, habitual en actos de Vox, es exponente principal.
