El primer ministro de Hungría, el nacionalista Viktor Orbán, aseguró en Budapest que 30 años después de la caída del comunismo hay «fuerzas del globalismo» que pretenden hacer iguales a todas las naciones y crear un «homo bruselicus».
«Treinta años después del comunismo, de nuevo tenemos que encarar el hecho de que hay una fuerza global que quiere hacer de la naciones algo homogéneo», afirmó Orbán en un discurso ante miles de personas con motivo del aniversario de la revolución antisoviética de 1956, que fue duramente aplastada por Moscú.
«Vemos consternados ahora que las fuerzas de la globalización quieren convertirnos en ‘homo bruselicus’, cortando nuestras raíces nacionales», recalcó el primer ministro, al tiempo que hablaba sobre la inmigración y la «crisis de la Unión Europea».
Orbán se refirió, sin mencionarlo expresamente, al magnate estadounidense George Soros, el hombre que se hizo millonario hundiendo la libra esterlina en los noventa y que dedica su ingente fortuna a imponer su visión del mundo al resto de naciones.
Dijo que «especuladores financieros» han construido sus redes globales con su propia prensa para «atrapar a Bruselas y a los burócratas de Bruselas, para traer a Europa millones de inmigrantes».
Orbán se opone rotundamente a la inmigración masiva y al sistema europeo de reubicación de refugiados. Su discurso fue tachado de xenófobo por parte de Bruselas al comienzo de la crisis migratoria, pero el tiempo terminó dándole la razón. Sus principales medidas fueron adoptas por la Unión Europea después del fracaso de las políticas impuestas por la canciller alemana, Angela Merkel.
«Queremos una Europa segura, cívica, cristiana y libre», exclamó en un discurso frente a la «Casa del terror», un museo sobre el terror nazi y comunista.
El 23 de octubre se celebra el inicio del levantamiento de los húngaros contra el régimen soviético, que poco después fue sofocado por el Ejército rojo de la ahora ya extinguida Unión Soviética.
Durante la represión que siguió fueron ejecutadas unas 400 personas y más de 20.000 fueron encarceladas.