El Reino Unido anunció el pasado 3 de octubre que devolverá el archipiélago de Chagos a Mauricio, compuesto por 55 islas, en un acuerdo que ambos países esperan formalizar «lo antes posible». Este pacto, que ha sido bien recibido por muchos, ha generado también críticas en ciertos sectores, particularmente en el Reino Unido, donde se teme que pueda sentar un precedente peligroso para otros territorios de ultramar, como Gibraltar y las Islas Malvinas. Los medios británicos y algunos políticos, como Tom Tugendhat, han expresado su preocupación por las posibles repercusiones, citando las continuas reclamaciones de Argentina sobre las Malvinas y el tenso estatus de Gibraltar en su relación con España.
El acuerdo entre el primer ministro británico, Keir Starmer, y su homólogo mauriciano, Pravind Kumar Jugnauth, ha sido calificado por algunos como el fin de «la última colonia británica en África». No obstante, muchos en el Reino Unido lo ven como un movimiento simbólico que podría avivar conflictos latentes sobre otros territorios en disputa. Diana Mondino, ministra de Asuntos Exteriores de Argentina, elogió la medida y prometió «acciones concretas» para recuperar lo que los argentinos llaman las Islas Malvinas, conocidas en el Reino Unido como Falklands.
Los gobiernos de Gibraltar y las Malvinas, sin embargo, no parecen estar preocupados por este acuerdo, según declaraciones recogidas por The Telegraph. Ambos territorios han reiterado que sus poblaciones han votado a favor de seguir siendo británicos, y el ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, ha subrayado que la cesión de Chagos no establece ningún precedente para el futuro del Peñón, dado que los casos son «totalmente distintos». Además, Picardo insistió en que el gobierno británico ha dejado claro que no negociará la soberanía de Gibraltar con España.
Mauricio lleva reclamando la soberanía del archipiélago de Chagos desde 1968. Según Carlos Jiménez Piernas, profesor emérito y ex catedrático de derecho internacional de la Universidad de Alcalá, cuando el Reino Unido concedió la independencia a Mauricio, obligó a este país a aceptar la separación del archipiélago de su territorio como condición para obtener su libertad. Años después, el Reino Unido deportó a unos 2.000 residentes del archipiélago, una medida que Mauricio ha descrito como una «ocupación ilegal». Esto llevó a la Corte Internacional de Justicia, que en 2019 dictaminó que el Reino Unido debía devolver las islas, postura que respaldó la Asamblea General de las Naciones Unidas.
El profesor Piernas sostiene que el acuerdo para devolver Chagos demuestra que es posible que el Reino Unido llegue a acuerdos similares sobre otros territorios, como Gibraltar, aunque reconoce que cualquier negociación sería compleja. En su opinión, si el Reino Unido decidiera negociar sobre Gibraltar, podría tratarse de un acuerdo similar al de Chagos, manteniendo una base militar bajo control británico. Sin embargo, Piernas ve difícil que España acepte tal arreglo, ya que implicaría permitir la presencia indefinida de una base militar extranjera en su territorio sin ningún tipo de control.
La situación en Gibraltar, según Piernas, podría ser más tensa si no fuera por el continuo interés de Argentina en las Malvinas. A diferencia de Gibraltar, las reclamaciones de Argentina son muy activas en la comunidad internacional, manteniendo el tema de las Malvinas vivo en el debate global. Piernas señala que, aunque la OTAN no se preocupa mucho por Gibraltar, la constante atención que Argentina presta a las Malvinas ayuda a mantener la cuestión de Gibraltar en la agenda. A pesar de todo, Javier Milei, el presidente electo de Argentina, ha admitido que la recuperación de las Malvinas será un proceso largo, que podría extenderse por décadas.