La exministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico de España y nueva comisaria europea, Teresa Ribera, ha cambiado de opinión respecto a la utilidad de la energía nuclear una vez se ha oficializado su nuevo puesto. Según informa el diario POLITICO, la socialista ha asegurado que no se opondrá a la expansión de la energía nuclear en Europa.
«Creo que ha habido un gran respeto hacia cada decisión diferente que cada Estado miembro ha tomado en consideración al definir sus sistemas eléctricos y sus diferentes opciones», ha afirmado en una conferencia de prensa, respondiendo a una pregunta sobre su postura respecto a la energía nuclear.
En referencia a su etapa como presidenta de las reuniones de ministros de Energía de la UE el año pasado, Ribera dijo que «jugó un papel muy importante para no minimizar a nadie y facilitar soluciones que puedan encajar y tener sentido en el cambio estratégico que está impulsando la economía europea».
Cabe destacar que, como vicepresidenta tercera del Gobierno de España, impulsó el cierre de los reactores atómicos de su país, criticó el coste de la energía nuclear y calificó de «gran error» la decisión de la UE de etiquetarla como inversión sostenible.
Ahora, pasará a estar a cargo de una institución que lleva el adjetivo «limpia» y no «verde» —como en España—. Así, abarcará todas aquellas tecnologías energéticas de las que Ribera había renegado: nucleares, biocombustibles y biogases. Estas tecnologías, que no emiten gases contaminantes como las de los hidrocarburos y energías fósiles tradicionales, son defendidas por las autoridades de Francia (nucleares), Alemania (bioenergía), sean del color político que sean; y por grandes empresas, entre ellas Repsol, la primera petrolera española.