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EN MEDIO DE UNA OLA DE INDIGNACIÓN DE LOS PADRES CHILENOS

El ministro de Educación de Boric impone la ideología de género en los libros de texto para la «transformación cultural»

El presidente de Chile, Gabriel Boric
El presidente de Chile, Gabriel Boric. Europa Press

El Ministerio de Educación (Mineduc) de Chile ha protagonizado una nueva polémica, ya que se dio a conocer que los cuadernos entregados a los alumnos vulnerables contemplan un instructivo sobre «educación no sexista» para lograr una «transformación cultural», que incluya todas las sexualidades, identidades y expresiones de género. Esta situación ha generado un gran malestar en los padres, siendo ampliamente viralizado en redes sociales, ya que dicho espacio estaba reservado para información sobre vida sana y nutrición, no para adoctrinar a niños con teoría de género. De manera que esta polémica abrió una acusación constitucional contra el ministro de la cartera de Educación.

La Educación Sexual Integral (ESI) ha tenido varios intentos para institucionalizarse en Chile, pero no ha tenido éxito. En 2018 se ingresó una iniciativa legislativa que buscaba establecer una educación sexual con «bases afectivas y sexuales» para todos los grados de enseñanza. Su fin, según sus promotores, sería prevenir las enfermedades de transmisión sexual, el embarazo adolescente y abusos en los menores de edad. Sin embargo, tal como estaba estipulado en dicha iniciativa legislativa, sumado a la experiencia internacional en la materia, se pudo constatar que la ESI no logra estos objetivos, ya que deja a los niños aún más vulnerables. Por ello, en 2020, el proyecto de ley de la ESI se rechazó en el Congreso chileno y, por tanto, se archivó.

Luego, en el primer proceso constituyente, en el artículo 40 del borrador constitucional se establecía que «toda persona» —es decir, independiente de su edad, madurez, nivel escolar— tendría el derecho a recibir una educación sexual «integral», cuyo fin sea promover «el disfrute pleno y libre de la sexualidad». Además, estipulaba el «reconocimiento de las diversas identidades y expresiones del género y la sexualidad», erradicando los «estereotipos de género». Finalmente, la propuesta de nueva Constitución fue rechazada por el 62% de los chilenos, siendo también un fracaso para los lineamientos feministas y de género.

Con todo, a pesar de que iniciativas de esta índole fueron rechazadas, el Ejecutivo ha insistido en estos lineamientos. Pues, claro, el presidente Gabriel Boric ha proclamado que su Gobierno es feminista, a pesar de que esto no le ha permitido ser bien evaluado por los chilenos, ya que 64% de los chilenos desaprueba su gestión según la última encuesta de Cadem.

Sin embargo, conviene aclarar una vez más por qué la Educación Sexual «Integral» es una amenaza para los menores de edad, ya que ha habido voces desde las izquierdas que sostienen que oponerse a este tipo de iniciativas se debe a ideas «cavernarias».

Ezequiel Baigorria, psicólogo argentino que ha dedicado su trayectoria a casos de abusos en menores de edad, distingue dos tipos de abuso, aquellos con contacto físico y el sin contacto (por ejemplo, ver un cuerpo adulto desnudo, observar actos sexuales, insinuaciones, etc.). Este último es el más difícil de detectar, pues, Baigorria advierte que entre los 5 años hasta la pubertad (11-12 años aproximadamente) es la época en la que se edifican los diques anímicos, que frena y protege al menor de posibles abusos pues le produce rechazo, asco, vergüenza, y que entienda que algo está mal.

No obstante, si no se cimientan estos diques anímicos debido a que el niño se ve expuesto a estos estímulos —abuso sin contacto físico—; en consecuencia, no se genera este asco o vergüenza que produce a un menor ver categorías de la sexualidad adulta, por lo que se debilita el principal indicador de abuso infantil. Por consiguiente, es más difícil detectar y tratar este tipo de casos.

La ESI justamente apela a eliminar estos diques anímicos que protegen a todo niño, ya que se ha constatado a nivel internacional cómo se ha buscado sexualizar a los niños en nombre de una educación sexual «Integral» que concibe el enfoque de género, que promueve el disfrute de toda sexualidad independiente de la edad del menor, y sin discriminar si se está en edad parvularia o en último año de la secundaria.

Además, solo considera un enfoque sobre educación sexual (el de género), que instala una mirada deconstruccionista sobre la sexualidad. Es decir, se impone contra todos los imaginarios y valores occidentales. Por tanto, en lugar de promover una educación sexual científica, que tenga en consideración la anatomía y la biología (para prevenir de manera efectiva las ETS y embarazos no deseados, como también detectar los casos de abusos), se instala una mirada ideológica sobre esta dimensión. Por eso, es muy distinto hablar de Educación Sexual que de Educación Sexual «Integral», porque esta última presenta todas estas amenazas.

A pesar de lo anterior, el Ministerio de Educación repartió cuadernos a los alumnos desde 1° básico (6 años en adelante) inscritos en la Junaeb (Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas) con instructivos sobre «cómo avanzar hacia comunidades No Sexistas». Asimismo, se enseña qué significa cada letra del acrónimo LGBTQIA+, definiendo, incluso, el más (+) que englobaría «otras sexualidades, identidades y expresiones de género»; por tanto, todo estaría permitido.

Estos cuadernos empezaron a ser viralizados rápidamente por redes sociales, en los que se observa a padres asombrados y preocupados por el contenido de dichas actividades, y en varios videos se ve a padres arrancando las hojas de estos «ejercicios» para que sus hijos usen los cuadernos sin dicho contenido.

A esta polémica se agrega la difusión de una «guía de sexualidad afectiva» para niños de kinder (5-6 años), que promueve ejercicios como hacer masajes al compañero mientras expresan lo que sienten en ese momento, y que los invitan a «reflexionar» sobre los modelos de masculinidad y feminidad «construidos» a lo largo de la historia. Esta guía tiene su origen en el documento «Orientaciones para la inclusión de las personas lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersex en el sistema educativo chileno«, publicado en 2017 bajo el segundo Gobierno de la expresidente Michelle Bachelet, y actualizado el pasado 17 de mayo.

La molestia tanto de padres como de gran parte del espectro político chileno generó que, el martes 30 de mayo, parlamentarios de oposición ingresaran una Acusación Constitucional contra Marco Antonio Ávila, ministro de Educación. Entre los fundamentos de dicha acción se encuentra la fuerte carga ideológica de estas actividades, como también negar el derecho preferente de los padres en estos temas.

En suma, a pesar de que la ESI ha sido rechazada en dos ocasiones, el progresismo chileno insiste en instalar una educación sexual «integral», lo que implica adherir a las teoría deconstruccionistas del género y exponiendo a los menores vulnerabilidades.

Además, esta situación devela que la gestión del gobierno en materia de educación (una dimensión que, supuestamente, el Ejecutivo maneja ya que sus voceros surgieron de las revoluciones estudiantiles del 2011 en las que demandaban «fin al lucro» y terminar con una educación supuestamente «neoliberal»), no han dado abasto. Todo lo contrario.

En definitiva, si el Gobierno del presidente Boric tuviese una real preocupación por la educación de los niños y adolescentes chilenos se preocuparía de los efectos post-pandemia como la alta deserción escolar y los problemas de aprendizaje que los niños traen por cerrar las escuelas por largos periodos —de hecho, el 96% de los niños de 1° básico no conoce letras del alfabeto—. Igualmente, se tomarían con seriedad la debacle de la educación pública chilena, en especial aquellos liceos que han sido capturados por grupos insurreccionales.

En síntesis, tras todo lo expuesto no cabe duda alguna que el Gobierno de Boric prioriza su ideología en todas las dimensiones, incluyendo la educativa. En lugar de avanzar en mejorar la educación y resolver la grave crisis en esta materia, se apuesta por malas políticas que vulnera a los estudiantes chilenos.

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