Dos agentes de la Policía de Bolivia han muerto por disparos durante una «emboscada» por seguidores del expresidente Evo Morales en el municipio de Llallagua, en el suroeste del país, en un incidente en el que también ha resultado herido un tercer efectivo.
El ministro de Gobierno, Roberto Ríos, ha confirmado en sus redes sociales «el fallecimiento de dos efectivos de la Policía Boliviana». «Ellos fueron vilmente asesinados por disparos de arma de fuego mientras cumplían su deber de proteger a la ciudadanía y la libre transitabilidad del país, en medio de una jornada marcada por la violencia promovida por sectores radicales afines a Evo Morales», ha denunciado.
El dirigente ha identificado a los fallecidos como Carlos Enrique Apata Tola y Brayan Barrozo Rodríguez, ambos subtenientes, mientras que el capitán Daynor Miranda Blanco aún se debate entre la vida y la muerte.
Poco antes, el viceministro de Régimen Interior y Policía, Jhonny Aguilera, ha informado del ataque, señalando que «un camarada perdió la vida y un capitán está con una herida que compromete el tronco superior».
Según ha afirmado Aguilera en una entrevista con la cadena Bolivisión TV, los agentes han sido víctimas de «una cobarde y vil agresión (…) cuando la Policía solo vino a restablecer el orden» ante el bloqueo de calles y carreteras de los evistas movilizados en la localidad ubicada en el Departamento de Potosí.
Los manifestantes respondieron al despliegue lanzando piedras, detonando explosivos, y disparando con armas de fuego, en lo que ha considerado como «ataque» y «emboscada», negando que haya habido enfrentamientos entre éstos y los agentes.
