El pasado domingo se llevaron a cabo las elecciones regionales en Colombia, en las que Gustavo Petro sufrió una aplastante derrota.
Según un reportaje publicado por la revista Semana, el partido de Petro perdió ocho millones de votos en apenas un año.»Después de obtener 11.291.986 votos en la segunda vuelta presidencial de 2022, el Pacto Histórico solo logró que sus candidatos obtuvieran 3.066.838 sufragios en los 32 departamentos y la capital».
En las pricipales ciudades de Colombia fueron elegidos reconocidos opositores a Petro, entre ellos, Carlos Fernando Galán en Bogotá, Federico Gutiérrez en Medellín, en Cali resultó electo Alejandro Éder y Alejandro Char en Barranquilla. El principal alfil de Petro, Gustavo Bolívar, fue barrido en Bogotá logrando un tercer lugar.
La verdad es que estos resultados no pueden extrañar, ya que la gestión de Petro ha sido un verdadero desastre, nada de solucionar los problemas reales y sentidos que afectan a los ciudadanos, no, lo de Petro -en los 15 meses que lleva en Nariño- lo que ha intentado es imponer una agenda progresista que nada resuelve
Las prioridades de Petro han sido «descarbonizar» la economía, desmantelar los sistemas de pensiones y de salud, brindar impunidad a los grupos criminales armados, legalizar las drogas, blanquear a Nicolás Maduro y apoyar al movimiento terrorista Hamas. Si a eso le sumamos los escándalos de corrupción que lo involucran a él, a sus familiares y a sus aliados políticos, entendemos el porque de los resultados desfavorables al Pacto Histórico.
Esta debacle electoral a Petro es, además, la quinta derrota que sufre el Foro de Sao Paulo en los últimos meses.
Recordemos que el 30 de abril, el candidato paraguayo de derecha Santiago Peña, obtuvo una amplia victoria sobre el opositor Efraín Alegre, con 42,7% de los votos frente a 27,5% de su contendor.
El 7 de mayo en Chile se llevaron a cabo las elecciones para escoger a los consejeros constitucionales, en las cuales el Partido Republicano de José Antonio Kast resultó vencedor, frente a una votación minoritaria para la izquierda.
El 13 de agosto se realizaron las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) en Argentina, en las cuales el derechista Javier Milei se impuso por encima de los demás candidatos presidenciales con el 29.8 por ciento de los votos. Falta esperar que se realice el ballotage del próximo 19 de noviembre para determinar si triunfa definitivamente.
El 15 de octubre en las elecciones presidenciales ecuatorianas, el candidato de derecha Daniel Noboa obtuvo una clara victoria sobre la abanderada correísta, Luisa González.
Así las cosas, aquella marea roja que parecía indetenible a finales de 2022 —luego del triunfo de Lula en Brasil— ha comenzado a retroceder. Ya nadie puede afirmar que la izquierda controla el continente iberoamericano, más bien se encuentra en graves problemas y con el paso del tiempo, podría retroceder aún más.