El presidente electo de Venezuela, Edmundo González Urrutia, ha denunciado el secuestro de su yerno, Rafael Tudares, en un contexto de alta tensión política a pocos días de su retorno a Caracas para asumir la presidencia.
Tudares fue interceptado por hombres encapuchados vestidos de negro mientras dejaba a sus hijos en la escuela. «Lo subieron a una camioneta dorada con matrícula AA54E2C y se lo llevaron«, informó a través de sus redes sociales, señalando que su paradero sigue siendo desconocido.
Aunque González no mencionó directamente a ningún organismo policial, la descripción coincide con el modus operandi de grupos paramilitares vinculados al régimen de Nicolás Maduro, quien también planea realizar su propia toma de posesión, desafiando los resultados reconocidos por la comunidad internacional que dieron la victoria a González.
En paralelo, María Corina Machado, aliada clave de González, ha convocado una movilización internacional para este jueves 9 de enero, un día antes de que asuma el cargo. En una rueda de prensa, Machado hizo un llamado a los venezolanos dentro y fuera del país para salir a las calles en defensa de la victoria de González. «Es un día histórico. Todos queremos ser parte de este momento«, declaró, sin especificar en qué ciudad participará ella personalmente.
La movilización, que se llevará a cabo a las 10:00h hora de Caracas, se suma a la creciente tensión en el país. Mientras tanto, Diosdado Cabello, ministro del Interior y figura prominente del oficialismo, ha anunciado una marcha paralela en apoyo a Maduro. Cabello aprovechó para lanzar críticas a Machado, sugiriendo que “está deseosa de que la detengan” y advirtiendo que cualquier intento de desestabilización será respondido por las fuerzas del régimen. «Si ellos eligen la paz, habrá paz. Pero si optan por la violencia, se encontrarán con el pueblo, la Fuerza Armada y nuestra Policía», declaró.
González, quien recientemente se reunió con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en Washington, continúa su gira internacional antes de regresar a Venezuela. Este episodio de violencia contra su entorno cercano pone de manifiesto las complejidades de la transición política en un país profundamente polarizado. El secuestro de Tudares refleja el clima de hostilidad y represión que rodea la llegada de González al poder.
