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El Foro de Sao Paulo en acción

El asedio al Gobierno de Lasso devela el nuevo plan de la ultraizquierda iberoamericana

El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso. Europa Press

Coincidiendo con el reciente triunfo de Gustavo Petro en Colombia, una ola de protestas se desata en Ecuador organizadas por la Confederación de Nacionalidades Indígenas, CONAIE, organización que está vinculada al Foro de Sao Paulo.

Todo indica que el Foro de Sao Paulo y el Grupo de Puebla no quieren esperar a las próximas elecciones, sino que Guillermo Lasso entregue el poder de una vez, para ser sustituido por algún marxista.

Calcando el mismo guion aplicado en Chile, Colombia y el propio Ecuador en 2019, este martes, el Grupo de Puebla emitió un comunicado en el que afirma: «Las medidas de ajuste neoliberal implementadas por el gobierno del presidente Guillermo Lasso han traído como consecuencia afectaciones a los servicios públicos de salud y educación, así como, un sostenido incremento de los precios de productos de primera necesidad, sumado a la grave situación de inseguridad ciudadana. Esto se ha traducido en un descontento generalizado de varios sectores de la población que se han movilizado a nivel nacional»

¡Falso! La situación económica que afecta a gran parte del mundo -de la que no escapa  Ecuador-, es menos grave que la existente en Chile Perú, Venezuela o Cuba; pero en estas naciones el Grupo de Puebla no reclama, porque gobiernan los suyos.

Una vez más, el Grupo de Puebla despliega una doble moral: cuando las protestas son en contra de gobiernos de centro o de derecha, las  justifican sin importar el motivo que las incentive; pero cuando las manifestaciones son en contra de gobiernos marxistas, entonces se trata de “reinvidicaciones sociales”,  maniobras de la oligarquía y/o del imperialismo.

El Grupo de Puebla afirma que en Ecuador ha habido un “empleo desproporcionado de la fuerza pública y de allanamientos para detener las movilizaciones ciudadanas”, lo mismo que afirmaron a finales de 2019, durante las protestas vandálicas que se efectuaron en la propia  Ecuador, en Chile y Colombia como dijimos anteriormente. En ese entonces, acusaron a los presidentes Lenin Moreno, Sebastián Piñera e Ivan Duque de ultraderechistas y de “uso excesivo de la fuerza” por parte del oficialismo; pero cuando Daniel Ortega, Díaz-Canel o Nicolás Maduro encarcelan a sus adversarios, asesinan a manifestantes que piden libertad, el silencio es sepulcral.

Pero revisemos las verdaderas motivaciones del Grupo de Puebla, que se revelan en otro texto publicado el mismo día martes en su portal: “América Latina vive un momento de cambio trascendental. La reciente victoria de Gustavo Petro y Francia Márquez en Colombia se suma a la llegada de Gabriel Boric al gobierno chileno y puede ser el preludio del triunfo de Lula en Brasil que confirmaría el giro regional de corte progresista y la evidencia del declive de la agenda neoliberal. Los estallidos sociales que han sacudido la región desde el año 2019 han influido de manera decisiva en el impulso de los cambios antedichos”.

¡Más claro imposible! El Grupo de Puebla reconoce en ese texto que las movilizaciones no obedecen al descontento social, sino que forman parte de una estrategia para lograr cambios de gobiernos por vías distintas a las electorales, las cuales son perfectamente válidas porque sirven para un “giro regional de corte progresista”.

Los sectores democráticos de la región no pueden ser indiferentes ante la promoción de los eventos de desestabilización a los que someten a Ecuador. Urge apoyar al presidente Lasso y denunciar la injerencia extranjera en las protestas vandálicas organizadas por el CONAIE.

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