«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Un joven ha sido asesinado por el régimen de Maduro en Táchira

El chavismo vuelve a construir su propia realidad a base de sangre, fuego y un nuevo pucherazo electoral

Joven tachirense asesinado por el régimen de Maduro - X

Venezuela se ha sumergido en un escenario lleno de incertidumbre tras una jornada histórica en la lucha por la democracia. Al caer la noche, cientos de miles de ciudadanos persistían en los centros electorales —algunos porque no se les permitió votar— para obtener las actas de un triunfo frente al chavismo que ya anticipaban las encuestas.

En las redes sociales, comenzaron a circular resultados preliminares muy favorables para la oposición, incluso en bastiones chavistas como la Parroquia 23 de Enero. En ese territorio, conocido por la influencia de los colectivos paramilitares y por ser un lugar emblemático para Hugo Chávez, Edmundo González Urrutia venció a Nicolás Maduro. Fuentes opositoras informaron al diario argentino LA NACIÓN que, con el 20% de las actas escrutadas, la ventaja era abrumadora: 70% a 30% a favor de González Urrutia.

Sin embargo, el chavismo, como en ocasiones anteriores, se empeñó en imponer su propia narrativa, ignorando la voluntad popular. Antes de que las autoridades electorales emitieran un comunicado oficial, voceros chavistas aseguraron sin titubeos que Maduro había asegurado su tercer mandato. Jorge Rodríguez, cercano a Maduro, afirmó con su habitual sarcasmo que, tras el boletín, los esperaban en el Balcón del Pueblo en el Palacio de Miraflores para celebrar.

A pesar de las evidencias, el chavismo empezó a festejar, movilizando a sus seguidores, militares y paramilitares cerca del Palacio de Miraflores. Durante esos momentos, Diosdado Cabello, segundo al mando de la revolución, arengaba a los presentes diciendo: «Hoy gana Chávez, esperaremos los resultados del Consejo Nacional Electoral (CNE), pero venceremos». Mientras tanto, María Corina Machado dirigía un mensaje a los «héroes anónimos» en los centros de votación, instándolos a quedarse hasta contar todos los votos y obtener las actas para hacer prevalecer la verdad y respetar la soberanía popular.

En paralelo, el gobierno de Maduro interrumpió la transmisión de datos desde los centros de votación para impedir que la Plataforma Unitaria accediera al sistema del CNE. Los colectivos chavistas, en motos y vehículos de lujo, intimidaron y dispararon en varios puntos del país. Las primeras imágenes de heridos aparecieron en las redes sociales, provenientes de Táchira y Apure, y luego llegaron a la capital. La primera víctima mortal fue un joven que recibió un disparo en Táchira.

Mientras tanto, el general Vladimir Padrino López, ministro de Defensa, se jactaba de haber liderado una jornada pacífica, mostrando una vez más su respaldo a la revolución.

La «caravana de la libertad», liderada por María Corina Machado, fue recibida con entusiasmo en los estados más desfavorecidos y en los barrios populares de Caracas. Para muchos, este era el momento decisivo. Kelly H., de 21 años, comentó en un colegio electoral de El Valle, un barrio que albergó a Maduro en su infancia, que «mi barrio cambió», reflejando el cambio de tendencia electoral.

La euforia se reflejó en las encuestas a pie de urna, que mostraban una ventaja significativa para Edmundo González Urrutia, con una diferencia de entre 20 y 35 puntos, similar a lo que las encuestadoras independientes habían pronosticado durante toda la campaña. Edison Research, para The Wall Street Journal, pronosticó un triunfo del diplomático con un 64% frente al 31% de Maduro.

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