Ernesto Araujo, exministro de Asuntos Exteriores de Brasil con Jair Bolsonaro, ha advertido de que el nuevo Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva conduce al país hacia una deriva «autoritaria» de la mano de Rusia y China, y al amparo de la Agenda 2030 que, asegura, no recoge conceptos como libertad.
«Se necesita rescatar la vocación de nación, que es lo que significa Brasil, cuál es su especificidad, su misión, qué significa la personalidad del pueblo brasileño, que quiere libertad, que impugna cualquier tipo de control», ha dicho en una conversación con periodistas en la sede de la fundación Disenso, en Madrid.
Araujo ha incidido en todo momento en la falta de libertad que, a su juicio, existe en Brasil, y de la cual ha sido víctima el periodo en el que Jair Bolsonaro estuvo al frente del país, que además sufrió en todo momento una campaña de desprestigio basado en su supuesto sesgo antidemocrático y antimedioambiental.
Sostiene que la izquierda dispone de todo un entramado social y mediático, que no solo ha provocado esa mala imagen de Bolsonaro y sus políticas, sino que también ha logrado aupar de nuevo a una «oligarquía política basada en la corrupción» y atada «al narcotráfico, al crimen organizado y al terrorismo».
Además, para el exministro de Exteriores el multilateralismo defendido por el Gobierno de Lula no es más que «el liderazgo de hacer lo que otros quieren».
«Lo que intentamos fue tener una posición propia, una posición de soberanía, de acuerdo a una expresión soberana del pueblo brasileño», ha defendido Araujo el legado de un Bolsonaro, al que ha colocado como víctima de una persecución política en Brasil, ahora que se encuentra acosado por varias investigaciones judiciales.
«Trabajamos por la libertad. Uno mira la agenda 2030, no hay libertad ahí. Bueno, hay cosas importantes, como el agua potable, etc, pero lo fundamental para una sociedad que es la libertad no está», ha asegurando, afirmando al mismo tiempo que la libertad de conciencia, de expresión, o de religión, «se ha perdido».
«Si uno dijera hace treinta años que tendríamos a China, país totalitario comunista, que tendríamos como modelos de un sistema multilateral a Cuba, Irán, (…) nadie se lo creería», ha afirmado.