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TODO EL MUNDO SABE LO QUE REALMENTE OCURRIÓ EN VENEZUELA

El fraude electoral de Maduro se convierte en una verdad incómoda para la izquierda mundial

El dictador venezolano Nicolás Maduro. Europa Press

«Todo el mundo sabe lo que pasó en Venezuela» en las elecciones presidenciales del 28J, así lo afirmó María Corina Machado en una rueda de prensa el 13 de agosto. Y sí, todo el mundo lo sabe. Está más que probado que Edmundo González ganó con más de 30 puntos de ventaja sobre Maduro.

Así lo ha reconocido ya el Departamento de Estado norteamericano, seis gobiernos latinoamericanos, el Centro Carter, el informe de la ONU, parlamentarios del mundo entero, y también la Unión Europea, aunque Josep Borrell diga que así «parece», para no comprometerse mucho.

Pero a pesar de las abrumadoras evidencias -nada menos que las actas oficiales colgadas en el portal www.resultadosconvzla.com– hay presidentes izquierdistas que buscan tapar el sol con un dedo, esgrimiendo argumentos cada uno más absurdo que el otro

El asesor para Asuntos Internacionales de Lula, por ejemplo, plantea una «segunda vuelta», aunque esa figura no aparezca en el ordenamiento jurídico venezolano. López Obrador, por su parte, dice que hay que esperar por el pronunciamiento del Tribunal Supremo de Justicia, aunque esté controlado por Maduro y no le corresponda dictaminar sobre el tema. Petro sigue con el cuento de pedir las actas, pese a que el Consejo Nacional Electoral se niegue a publicarlas. Y Claudia Sheinbaum la presidenta electa de México -que sabe lo que es ganar por paliza- dice que a ella no le corresponde opinar sobre el tema.

En otras palabras, estos mandatarios de la izquierda radical «se hacen los locos» para no reconocer lo que todo el mundo sabe.

Pero ellos tienen un problema más grave de lo que creen, porque Maduro no solo dió un golpe de Estado al proclamarse vencedor, sino que está llevando a cabo «el baño de sangre» que él mismo anunció durante la campaña electoral, ordenando asesinatos, torturas y encarcelamientos para quienes protestan contra el fraude. Es decir, que Lula, Petro,  AMLO y Sheinbaum se han hecho cómplices de la masacre que ante los ojos del mundo perpetra Maduro; una actitud que les puede costar muy cara.

Estados Unidos y la Unión Europea, aunque reconocen que Maduro no ganó los comicios, muestran una posición tímida. Saben bien que ganó Edmundo González, pero no quieren reconocerlo formalmente como presidente electo, primero, porque no quieren cerrar las puertas a una negociación con Maduro, y segundo, porque supuestamente no quieren repetir lo ocurrido con Juan Guaidó y su «Gobierno interino» instaurado a partir de enero de 2019 en el país sudamericano. Pero esa tibieza la sufre el pueblo venezolano, que sigue sometido a una feroz represión. ¿Acaso no han aprendido ya que no se puede negociar con el régimen venezolano?

Las maniobras dilatorias de la izquierda y la indiferencia de las potencias occidentales no evitarán la caída de Maduro. Los venezolanos -opositores y chavistas por igual- saben lo que pasó. Como también lo saben los militares, porque en cada centro de votación ellos estaban con el llamado Plan República, hasta leyeron personalmente los resultados.  Así que todo es cuestión de tiempo, porque la paliza electoral que recibió Maduro hará mella en el poco apoyo que le queda, hasta que se vea obligado a irse.

Cuando eso ocurra, los venezolanos recordaremos quiénes nos ayudaron a recuperar la democracia y quienes estuvieron del lado del dictador, por acción o por omisión.

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