El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, está centrando en lograr el apoyo de líderes estatales conservadores de cara a la segunda vuelta del 30 de octubre.
El reelegido gobernador de Paraná, Ratinho Júnior, ha declarado su apoyo al presidente y ha recordado que fue el que más invirtió en el estado «en los últimos 30 años».
«La población paranaense tiene una gran virtud, la gratitud… el Gobierno del presidente representa lo que la gran mayoría entiende como valores importantes de una sociedad: la defensa de la familia, la propiedad, el aprecio por la vida; le garantizo que más del 70% de los alcaldes se dedicarán a ayudar en esta elección», ha afirmado el gobernador de un estado en el que Bolsonaro logró en la primera vuelta el 55,26% de los votos (más de 3,6 millones) frente al 35,99 de Lula.
Bolsonaro ha recibido también el respaldo de los gobernadores reelectos de Minas Gerais y Río de Janeiro, Romeu Zema y Claudio Castro… y del todavía gobernador de Sao Paulo, Rodrigo García. Zema, del partido Novo (Nuevo) -una formación de marcado carácter libertario- aseguró tras reunirse con él que el país vive un momento en el que es necesario «caminar hacia delante» y por tanto cree «mucho más» en la propuesta del todavía presidente de Brasil.
‘La firmeza garantiza la seguridad’
El presidente ha denunciado que la izquierda ha convertido «la defensa de la democracia» en «un salvoconducto para los corruptos», cuando «la corrupción es precisamente uno de los mayores ataques contra la democracia». «Es imposible promover el esquema de corrupción más grande y destructivo de nuestra historia y al mismo tiempo respetar la democracia. Es como promover el aborto y respetar la vida«, ha manifestado Bolsonaro a través de Twitter.
Así, ha agregado que «la valentía y la firmeza son las que garantizan la seguridad y el futuro de un pueblo y una nación en los momentos decisivos». «Esas son las virtudes que nos protegen de los ataques a nuestra soberanía, del chantaje de los poderosos y de las conspiraciones que masacran a nuestro pueblo», ha dicho.
Y ha señalado que el 30-O está en juego el futuro de nuestro Brasil. «Es hora de unir fuerzas para proteger la libertad y la dignidad del pueblo brasileño, y evitar que la pandilla que atacó y casi destruyó el país regrese al poder».
