La polémica de cara a las elecciones presidenciales de Bolivia, previstas para el próximo año, se incrementa cada vez más en medio de un contexto marcado por una pugna que involucra al actual presidente de la nación, Luis Arce, y su antiguo mentor y ahora archirrival, Evo Morales.
El último episodio de este enfrentamiento involucra al comandante del Ejército boliviano, Juan José Zúñiga, quien ha asegurado en una entrevista televisiva que el exmandatario izquierdista «no está habilitado» para inscribirse como aspirante presidencial y que, de persistir en la intención de hacerlo, podría ordenar su arresto.
«Legalmente está inhabilitado. La Constitución Política dice que no puede ser más de dos gestiones (presidente) y el señor ya ha sido 3 o 4 veces, ha sido reelegido. Y el Ejército, las Fuerzas Armadas tienen la misión de hacerse respetar y hacer cumplir la Constitución Política del Estado. Ese señor no puede volver a ser más presidente de este país», aseveró Zúñiga.
En ese sentido el jefe militar insistió en que hará cumplir la Constitución «con todos los instrumentos que otorga la Patria», dejando en claro que «si el caso lo amerita» arrestaría a Morales.
Frente a estos señalamientos, Evo Morales reaccionó en su cuenta de X (antes Twitter), indicando que lo dicho por Zúñiga es una «amenaza» e instando al mismo tiempo al Presidente de la República, al Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, al Ministro de la Defensa y al Capitán General de las Fuerzas Armadas a desautorizar al Jefe del Ejército, porque si no se estaría ejecutando un «autogolpe».
El tipo de amenazas hechas por el Comandante General del Ejército, Juan José Zúñiga, nunca se dieron en democracia. Si no son desautorizadas por el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, Ministro de Defensa, Presidente y Capitán General de las Fuerzas Armadas, se comprobará… pic.twitter.com/WPCOX5ExyO
— Evo Morales Ayma (@evoespueblo) June 25, 2024
Acusaciones van y vienen
El fin de semana el Ejecutivo de Arce acusó a Morales de estar promoviendo bloqueos y manifestaciones con la idea de crear una «crisis estructural» en el país andino para sacar beneficio personal de ella, asegurando su candidatura presidencial para el año próximo.
«Evo Morales está dispuesto a bloquear nuestra economía y a convulsionar nuestro país, para imponer su candidatura a las buenas o a las malas», dijo la ministra de la presidencia María Nela Prada.
A la par, durante los últimos meses se ha producido una batalla legal por el control del oficialista Movimiento al Socialismo (MAS).
En mayo un sector del partido destituyó a Morales, quien llevaba 27 años controlando a la formación. Posteriormente un tribunal boliviano restituyó en su posición al exmandatario, quien además fue recientemente proclamado por militantes del MAS como su candidato presidencial en los comicios previstos para 2025.