La represión en Nicaragua no cesa. El fin de semana la dictadura de Daniel Ortega dio pie a la confiscación de 16 viviendas de opositores que están siendo acusados de «traición a la patria», aprovechando la circunstancia de que muchos de ellos tuvieron que salir del país debido a la persecución política.
Los cuerpos represivos del régimen iniciaron un operativo en el complejo habitacional «Amazonía», en Managua, en donde tienen propiedades varias de las personas a quienes Ortega les retiró la nacionalidad nicaragüense recientemente.
Aunque la Constitución del país centroamericano dictamina en su artículo 44 que este tipo de procedimientos se pueden hacer «previo pago en efectivo de justa indemnización», no existe ninguna señal de que la tiranía vaya a resarcir a los propietarios de estos inmuebles luego de haberlos ocupado de manera forzosa.
La represión de Ortega ya deja una lista de hasta 316 personas que han perdido su nacionalidad. 222 de los integrantes de la misma son antiguos presos políticos que fueron obligados a abordar un vuelo a los Estados Unidos, mientras que las otras 94 fueron incluidas posteriormente, dejándose claro que eran susceptibles de perder sus propiedades en el país.
