El Tribunal Supremo de Brasil ha acordado por mayoría imputar al expresidente Jair Bolsonaro y a siete de sus aliados por los delitos de rebelión e «intento de golpe de Estado».
«Existen pruebas razonables que sustentan la denuncia», ha afirmado el relator del caso en el Supremo, el juez Alexandre de Moraes, quien ha señalado que el expresidente brasileño «conocía, manejaba y discutía el borrador» en el que se redactó el «plan».
Después de la imputación de Bolsonaro y sus siete socios, tendrá lugar la fase de instrucción, en la que las partes han de recabar pruebas y tomar declaración a testigos, antes de que el tribunal finalmente tome una decisión. El expresidente brasileño se enfrenta a una pena de hasta 40 años de cárcel por estos delitos.
Bolsonaro no ha estado presente durante la votación, que ha preferido seguir por videoconferencia desde la oficina que, como parlamentario, tiene su hijo Flávio Bolsonaro en el Senado, junto a otros aliados.
El propio expresidente ha señalado que» la motivación no es jurídica, sino política«. «El tribunal pretende impedir que me juzguen en 2026 (…), quieren impedir que me presente libre a las elecciones porque saben que, en una contienda justa, no hay ningún candidato capaz de ganarme«, ha manifestado, antes de tildar el proceso de «atentado contra la democracia».
Es, ha dicho el exmandatario patriota, «un juicio político, conducido de forma parcial, sesgada y abiertamente injusta por un ponente completamente comprometido y desconfiado, cuyo objetivo es vengarse, deteniéndome y eliminándome de las urnas. Porque todos saben que, con mi nombre en la carrera, mi victoria y la conquista de la mayoría en el Senado son resultados ineludibles», ha concluido.