Cerrando el 2022, especĆficamente el 29 de diciembre, el Grupo de Puebla publicó un comunicado en su portal con el fin de respaldar el secuestro del gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, por parte de las fuerzas de seguridad de Bolivia, y a la vez āalertar sobre la ola de desinformación desatada por grupos radicales de derecha en torno al cumplimiento de una orden de aprehensión emitida contraā Camacho.
No habĆan pasado dos dĆas desde su detención ilegal cuando ya el Grupo de Puebla habĆa emitido una nota justificando su detención. Se trata, sin duda, de una doble moral, puesto que cuando la justicia actĆŗa contra alguno de sus aliados, inmediatamente salen a defenderlo, como ocurrió recientemente con el expresidente del PerĆŗ, Pedro Castillo, o con la vicepresidenta de Argentina, Cristina Kirchner.
La desfachatez del Grupo de Puebla es tan grande, que ha creado un grupo jurĆdico denominado āConsejo Latinoamericano de Justicia y Democraciaā (CLAJUD), encabezado por el juez prevaricador espaƱol Baltasar Garzón. El CLAJUD ha acuƱado el tĆ©rmino de guerra jurĆdica o ālawfareā para catalogar la actuación de los tribunales. Si los jueces fallan a favor de sus integrantes o en contra de sus adversarios, entonces se trata del cabal cumplimiento de la Constitución; pero si condenan a sus aliados, se trata de lawfare, aunque existan abundantes pruebas que avalen la decisión, o aunque el delito se haya cometido ante los ojos del mundo entero, como ocurrió cuando Castillo quiso disolver el Congreso del PerĆŗ en un mensaje televisado.
De hecho, el Grupo de Puebla ha colgado en su pĆ”gina web varios libros sobre el lawfare, entre ellos, āLawfare en AmĆ©rica Latina, la guerra jurĆdica en el contexto de la guerra hĆbridaā, y āEl lawfare en AmĆ©rica Latina y su impacto en la vigencia de los derechos humanosā; este Ćŗltimo elaborado por el Ministerio de Justicia argentino.
En realidad, el lawfare no es otra cosa que la ānarrativaā, segĆŗn la cual se cambian hechos incontrovertibles por opiniones izquierdistas. Tal es el caso de la visión que presentan los autores del texto titulado āEl lawfare estadounidense como herramienta de control de recursos naturales: la Operación Lava Jato en Brasil y el caso Petrobrasā. Este texto, que aparece como un capĆtulo del Ćŗltimo libro arriba mencionado, alega descaradamente que la Operación Lava Jato fue un invento para perjudicar a Lula da Silva y a otros dirigentes izquierdistas iberoamericanos; aƱadiendo ademĆ”s, que se trató de una maniobra de Estados Unidos para quedarse con los recursos naturales de nuestra región.
SegĆŗn los autores del capĆtulo, Larissa Odreski Ramina y Lucas Silva de Souza, āla lucha estadounidense contra la corrupción enmascara los verdaderos intereses imperialistas del paĆs. Esta cruzada se operacionaliza con la ayuda de tribunales nacionales y extranjeros y grandes grupos de comunicación que, por un lado, tratan la corrupción como un problema inherente a los proyectos de desarrollo de los gobiernos progresistas y, por otro, proclaman la eficiencia y transparencia del sector privado en detrimento del sector pĆŗblicoā. En resumen, la izquierda puede ser corrupta y delincuente, porque el hecho de ser āprogresistaā justifica su comportamiento.
”Amorales es lo que son!