El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha anunciado este viernes que acatará la nueva orden del Instituto Nacional Electoral (INE), a pesar de que, ha protestado, no le permite hablar de ningún político, como los expresidentes Carlos Salinas o Vicente Fox, a quienes ha dedicado recientemente varias críticas.
«La libertad pues, ¿dónde queda?», se ha preguntado un López Obrador, que ha visto como el INE ha ido respondiendo afirmativamente a las demandas de la oposición por algunos de los ataques que les ha dedicado en sus habituales ruedas de prensa matutinas, entre ellas la candidata Xóchitl Gálvez.
López Obrador ha contado que, tal y como exige el INE, publicará antes de cada conferencia, los límites que fija la Constitución para este tipo de intervenciones, cuyo objetivo es «difundir propaganda electoral o gubernamental con fines educativos o de orientación social», en ningún momento para emitir declaraciones políticas que afecten la equidad de los procesos electorales.
No obstante, ha mostrado el mensaje que acompañará a este aviso, que «palabras más, palabras menos», advierte a los corruptos y a todos aquellos que quieren de vuelta «los privilegios de unos cuantos» que no asistan a sus ruedas de prensa porque puede ocasionarles «algún daño psicológico o emocional».
