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Alberto Fernández busca desviar la atención

Los misterios del vuelo de Emtrasur en Argentina y la amenaza terrorista iraní

Un avión de la aerolínea venezolano-iraní Emtrasur. Twitter

En torno al avión Boeing 747 Dreamliner de la Empresa de Transporte Aerocargo del Sur S.A. (Emtrasur), filial del Consorcio Venezolano de Industrias Aeronáuticas y Servicios Aéreos, S.A. (Conviasa), detenido en Argentina el pasado 8 de junio, continúan surgiendo evidencias que dejan ver que, tanto las versiones de sus tripulantes, como las del Gobierno argentino, se encuentran totalmente alejadas de la verdad tras el misterioso vuelo conformado por una irregular tripulación que constaba de 19 personas, cinco de ellas de nacionalidad iraní.

Y es precisamente sobre dos de estos tripulantes, que se tejen las mayores dudas. El primero de ellos, Mohammad Khosraviaragh, quien es titular del pasaporte iraní número Z46712482, quien forma parte de los detenidos, y segundo, sobre Khoodadadzadeh Alí Ghaffar, quien abordó la aeronave en Caracas, pero nunca llegó a Buenos Aires. ¿Desapareció? ¿Fue secuestrado? ¿O uno de los detenidos portaba doble identidad?

Tales revelaciones fueron dadas a conocer por la agencia Total News, con cuyo editor, Daniel Romero, conversó con la Gaceta de la Iberosfera sobre la primicia por ellos obtenida al haber accedido a las evidencias que manejan la fiscalía y el tribunal a cargo de la investigación. En primer lugar, llama la atención sobre la posición expuesta por el Gobierno argentino, especialmente el propio presidente, Alberto Fernández, quien desestimó las alertas surgidas sobre el caso y acusó que se quiere mostrar “algo que no es, alguna cosa oscura, algún movimiento oscuro del Gobierno (…). Pero bueno, como es la oposición, trató de aprovecharlo», al tiempo que negó que hubiera irregularidades en el asunto y limitó la situación a las dificultades del aparato para repostar combustible en razón de las sanciones estadounidenses que pesan sobre Irán y Venezuela.

Para Daniel Romero es llamativo que el Poder Ejecutivo argentino haya echado por tierra los antecedentes que indican que la aeronave de Emtrasur tiene en su haber vuelos para transportar armamentos, personal de las Fuerzas de Al Quds y Hezbollah, así como el hecho de que el avión ha pertenecido a empresas identificadas por su comportamiento y colaboración con el terrorismo yihadista:

“Llamó mucho la atención la encendida defensa que hizo el Gobierno argentino, porque rápidamente salieron a decir una excusa más que hollywoodense, de que los tripulantes del avión estaban haciendo un curso de vuelo. Curiosidad que no tiene ningún asidero, yo he conversado con varios pilotos de Boeing y me dicen que no se estila, que no es conducente. Como ya sabemos, las escuelas de vuelo son las que cumplen esta misión y no vuelos directos y menos de transporte de cargas”.

Las nuevas evidencias sobre el avión de Emtrasur en Argentina

Para la fiscalía, a través de la fiscal Cecilia Incardona, como para el Juzgado Federal de Lomas de Zamora a cargo del juez Federico Villena, la figura de Mohammad Khosraviaragh es altamente significativa, de quien ya existe la certeza de que es integrante de la Fuerzas Al Quds.

Asimismo, Khosraviaragh estuvo directamente ligado con el general de división iraní, Qasem Soleimani, comandante de la Segunda División de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica, muerto el 3 de enero de 2020 durante un ataque de las fuerzas estadounidenses en Iraq.

Se trata de un estratega en enmascaramiento, un especialista en contrainteligencia, un hombre que habla diez idiomas y con un alto coeficiente intelectual.

Es, pues, Khosraviaragh, un activo iraní muy destacado sobre el que fuentes de inteligencia, tanto israelíes como de otras partes del mundo, han referido a Total News que, efectivamente, es una persona de gran incidencia dentro de Al Quds.

De estas fuentes, Romero indica que conoce que Mohammad Khosraviaragh está sindicado como jefe entre Argentina y Venezuela para armar una base de operaciones en la primera: “Es de suma gravedad esto que estamos diciendo, pero, lamentablemente, tenemos certezas de que esto es así”.

Las autoridades judiciales argentinas no tienen claro el rol que jugó en el vuelo, pero, en todo caso, esto sería solamente información accesoria, toda vez que lo fundamental es determinar con exactitud su papel en las operaciones militares que estaban en curso al momento de la detención de la aeronave.  

Romero apunta que han recibido información de que Mohammad Khosraviaragh, especialista en enmascaramiento como ya se ha dicho, se ha practicado varias cirugías estéticas en su rostro con el objetivo de cambiarlo.

El piloto del avión de Emtrasur retenido en Argentina

Asimismo, las pesquisas practicadas hasta el momento permitieron encontrar en el teléfono celular de quien aparece registrado como piloto del avión, Gholamreza Ghasemi, una serie de fotografías en las que este aparece, más joven, combatiendo junto a Al Quds, lo cual había sido negado fehacientemente hasta el momento. En el aparato también hallaron fotos de armamento, misiles y banderas israelíes con la leyenda “Muerte a Israel”.

Es decir, subraya Daniel Romero, se han encontrado evidencias que comprueban todo lo que hasta el momento se había negado, no solamente por los Gobiernos de Venezuela e Irán, sino también por el argentino.

Un iPad sin dueño

Daniel Romero refiere que en la aeronave apareció, escondida entre los asientos, una tablet, un iPad, que ninguno de los tripulantes reconoce como propia. Este dispositivo está siendo investigado por las autoridades que suponen, puede arrojar muchos elementos que sirvan a para aclarar lo sucedido.

Otras relaciones

Daniel Romero hace mención, entonces, a otros hallazgos que han arrojado hasta el momento las investigaciones.

Estas averiguaciones señalan, en primer término, a Mohamed Reza Javadi Nia, quien supuestamente sería el contacto de Mohamed Khosraviragh en Argentina. Igualmente sería conexión con la sociedad comercial argentina, Imanco S.A. y sus exdirectivos, la cual ahora está inactiva desde 2018, pero tenía domicilio en Florida 142, Buenos Aires, mencionada en la causa AMIA. Es ex suboficial de la Vevak, denominación con la que se conoce al Ministerio de Inteligencia y Seguridad Nacional de Irán.

Mohamed Reza Javadi Nia es ciudadano iraní, pasaporte número B62-8122, DNI argentino 92.811.511, médico de profesión. Entre otros datos que se tienen, fue chófer del clérigo iraní, Mohsen Rabbani, y viajaba todos los años a Beirut.

Las averiguaciones deberán también establecer qué tipo de relación entre este hombre con el representante del Frente Polisario en Argentina, Mohamed Ali Salem y su amiga Najat Lofti.

Lo que se sabe hasta ahora es que existen vínculos entre Mohamed Ali Salem y Najat Lofti, quien suele viajar a España. Estos dos personajes se relacionan con Mohamed Reza Javadi Nia, unido, como ya dijimos, por muchos años, a Mohsen Rabbani, sindicado de ser el autor intelectual del atentado terrorista cometido en 1994 contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA).

“Estamos en presencia, nuevamente, de una fuerza externa en Argentina vinculada al terrorismo. Nuevamente, Suramérica tiene que prestar especial atención, así como hizo Paraguay y así como hizo Uruguay, que reaccionaron rápidamente y pusieron las cosas en claro”, advierte Romero.

La mitad de la carga

Daniel Romero también hace referencia a otro hecho significativo del vuelo de Emtrasur, supuesta aerolínea de carga que, caso curioso, dispone un despacho con solamente la mitad de su capacidad, toda vez que el avión estaba cargado con 40 toneladas, aún cuando su capacidad es de 80 toneladas. “Ninguna empresa de transporte pierde tonelaje, pierde dinero transportando mercaderías por el mundo, excepto que no sea una empresa de transporte, como claramente no es este avión, no son estas empresas”.

Para el editor, los hechos llevan a suponer, como al parecer también lo han supuesto las autoridades judiciales argentinas que llevan el caso, que se trataría de empresas de fachada, tanto Emtrasur como Mahan Air (antigua propietaria del avión), creadas para enmascarar sus verdaderos objetivos al servicio de los Gobiernos venezolanos e iraní. “Serían pantallas, máscaras, que ponen por delante para encubrir acciones militares”.

Refiere que no hay claridad acerca del cargamento que llevó Emtrasur a Argentina, pero existe la sospecha de que se trataba de elementos tecnológicos para la producción de armamento nuclear “que es el último interés, el último capricho, del dictador Nicolás Maduro, asociado a Irán”. Ante esto, se pregunta cuál sería el papel de la Argentina en este caso, pues el país tiene historial en producción y en diseño de estos elementos, a pesar de que en la actualidad exhibe una economía estancada.

Considera Romero que todos estos hallazgos hacen evidente que Irán y Venezuela están proyectando alguna operación estratégica en Argentina y el gobierno argentino ha buscado ocultarlo, como se hizo anteriormente con la causa de la AMIA en la que quedó demostrado la participación de Hezbollah con apoyo iraní.

¿Coincidencia?

Otro asunto que resulta llamativo en este caso y que tiene que ver con los trámites del vuelo de Emtrasur antes de arribar a la Argentina.

Y es que esta aeronave, previo al itinerario sureño, estuvo en la ciudad de Querétaro, México, una ciudad con experiencia en la producción de aparatos militares. También antes de la ciudad de Buenos Aires, el avión visitó Córdoba, localidad con un historial similar.

Al respecto, Daniel Romero refiere que, sin duda, la procedencia del avión de Querétaro, donde se desarrolla todo un trabajo de tecnología para drones, cuestión en la que también Irán se especializa, mientras Venezuela busca incursionar en esa carrera, según han referido los anuncios oficiales, es por decir lo menos, llamativo.

Es de recordar que Venezuela e Irán acaban de firmar un convenio a 20 años y la idea es, supuestamente, invitar a participar al Gobierno argentino.

Se conoció que Emtrasur fue contratada por una empresa española de nombre Alcux Air Spain, la cual exhibe pocos antecedentes comerciales, a objeto de que realizara realizar el vuelo de Querétaro a Buenos Aires. La encomienda, supuestamente, era llevar a la capital argentina repuestos automotores. Estas piezas pesaban unas 40 toneladas, mientras el avión podía cargar 80, como ya se ha señalado.

Romero subraya que llaman mucho la atención las primeras 48 horas de arribado el avión, periodo en el que aparentemente se revisa la mercancía y se le da el visto bueno para su salida:

“Es llamativo que las inspecciones que se hicieron a la mercadería, son solamente, dicho esto por las autoridades, sobre si contenían explosivos o contenían droga. Ninguna inspección puntual se hizo sobre la mercadería. Es decir, se comprobó que eran cuestiones metálicas y aparentes repuestos automotores, pero no se llamó a especialistas que pudieran determinar qué tipo de repuestos eran y si pueden ser utilizados para otros fines”, alerta Romero.

Se trataba de 342 bultos con un peso de 40 toneladas, cuyo contenido era muy difícil de revisar en solamente 48 horas.

Y aquí la alarma de Romero, toda vez que ya se conocía la procedencia del avión, “quiénes eran sus propietarios, a qué se dedicaban las compañías, y las sospechas internacionales que lo vinculan al terrorismo. Así y todo, Argentina le permitió salir del país. No pudo ir a Venezuela, tuvo que dar vuelta sobre el Río de la Plata, porque Uruguay no le permitió cargar combustible y esa es la acción que hizo público todo este enmascaramiento. De no haber sido por Uruguay este avión hubiera cumplido con su cometido. Estaría en Venezuela o estaría en Irán. Son muchas las cosas que están oscuras en este proceso. Esas primeras 48 horas son significativas para la investigación y creo que es ahí a donde apunta la justicia argentina en este momento”.

Finalmente, Daniel Romero expresa su esperanza en que la justicia argentina, secuestrada en los últimos años por el kirchnerismo, actúe sin atender a presiones políticas, para llegar a las últimas consecuencias en este caso. Aspira a que no se remita la experiencia de la AMIA y con el fiscal Natalio Alberto Nisman y la justicia pueda establecer con transparencia qué hay detrás del vuelo de Emtrasur.

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