De acuerdo al medio Gazeta Brazil, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva aprovechó su posición de poder durante sus dos primeros mandatos (2003-2010) para apropiarse de más de 500 obsequios que fueron entregados a la Presidencia de la República de Brasil durante eventos oficiales realizados dentro y fuera del país sudamericano durante esa época.
En concreto, una auditoria del Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU) dio cuenta en 2016 de que el mandatario incorporó a su colección personal 559 regalos, de un total de 568 que recibió la República durante estos eventos. De este modo, solo un 1,58% de los obsequios habrían sido catalogados dentro de la colección pública de la nación.
En teoría los mandatarios solo están supuestos a conservar artículos que son de estricto uso personal, como prendas de ropa o perfumes.
El TCU argumentó que la auditoria realizada en 2016 tenía como objetivo esclarecer el paradero de regalos que habían sido dados como desaparecidos.