En la mañana del martes una gran parte de Brasil experimentó un extenso apagón que afectó a 24 estados y el Distrito Federal. Según informes, el problema ocurrió en municipios distribuidos en las cinco regiones del país, comprometiendo las rutinas de millones de brasileños y paralizando sistemas críticos, como el metro de São Paulo y Belo Horizonte. La falta de energía también causó contratiempos, con personas atrapadas en ascensores y empresas dejando marchar a casa a sus empleados por dicha situación.
El Operador Nacional del Sistema Eléctrico (ONS) informó que hubo una caída en la generación de energía alrededor de las 8:40 de la mañana. En un comunicado, el Ministerio de Minas y Energía confirmó el apagón, pero no proporcionó una justificación clara para la interrupción. Según el ministerio, «un incidente en la red de operación del Sistema Interconectado Nacional (SIN) interrumpió 16 mil MW de carga en estados del Norte y Noreste de Brasil». Hasta las 9:16, 6 mil MW ya habían sido restablecidos.
Un giro ocurrió en la víspera del apagón. Wilson Ferreira Júnior, quien había estado al frente de Eletrobras desde el año anterior, renunció. La salida fue confirmada por la empresa la noche del lunes (14), solo horas antes de la interrupción del suministro eléctrico. Eletrobras no detalló las razones de la renuncia de Ferreira Júnior, lo que generó especulaciones en las redes sociales sobre la posible relación entre los dos eventos. Ivan de Souza Monteiro fue elegido como su sucesor. La salida genera una dudas sobre si ha habido algún tipo de interferencia política, debido a las intenciones del Gobierno Lula da Silva de que la empresa vuelva a ser estatal.
El ONS (Operador del Sistema Eléctrico Nacional) dio la siguiente explicación sobre las causas del apagón:
«Existía un problema de generación en plantas ubicadas en el Noreste, por lo que fue necesario interrumpir el circuito para que este problema no se extendiera y estas plantas salieran del SIN (Sistema Interligado Nacional) al momento de la interrupción. Esas energías que generaron se perdieron.»
Cuestionamiento sobre la robustez del sistema energético brasileño
Datos del ONS (Operador Nacional del Sistema eléctrico) indican que la robustez de la red eléctrica del país, que se refiere a su capacidad para manejar contingencias sin interrupción, cayó en 2023 a su nivel más bajo desde 2016. De enero a agosto, se registraron 1.651 perturbaciones, con 123 (7,5% del total) resultando en interrupción del suministro. Esto plantea preguntas sobre la capacidad del sistema para mantener la continuidad del servicio, especialmente en un escenario de creciente demanda de energía, todo ello conforme ha explicado el periódico Gazeta do Povo.
Janja Lula da Silva, primera dama del país, utilizó Twitter para asociar el apagón con la desestatalización de Eletrobras, generando un gran debate. Tal afirmación reavivó polémicas sobre los beneficios y desafíos de la privatización de empresas estatales en Brasil. Sin embargo, es importante recordar que problemas de suministro -incluyendo apagones- ocurrieron incluso durante períodos de gestión estatal y durante administraciones anteriores del PT. Otros países en América Hispana -como Venezuela- también ha tenido serios problemas energéticos con una gestión estatal y politizada de las empresas de energía. La correlación entre que la empresa sea privada y ofrezca peores servicios, como afirma la primera dama, no se puede confirmar.
Otra hipótesis discutida en las redes sociales sugiere que el apagón podría tener el objetivo de legitimar la necesidad de Brasil de importar combustible de Venezuela, actualmente bajo un régimen dictatorial. Coincidentemente, el 4 de agosto, el presidente Lula da Silva emitió un decreto que permite a Brasil reanudar las compras al país vecino.
Lula da Silva siempre ha sido crítico con la privatización de Eletrobras. La salida sin muchas explicaciones del presidente de la empresa energética reforzó esa hipótesis. Algunos argumentan que este apagón podría favorecer un ambiente propicio para la eventual renacionalización de la empresa y la reanudación de los contratos de suministro de energía con Venezuela, país asociado al Foro de São Paulo. Sin embargo, esta teoría aún necesita más evidencia para ser confirmada.
En medio de tales acontecimientos, Brasil enfrenta una situación crítica en relación con su matriz energética, con debates sobre infraestructura, gestión y capacidad de atención a la población dominando el escenario nacional.