«Ser es defenderse», RAMIRO DE MAEZTU
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

«Contra el optimismo del avestruz y otros signos de descomposición»

Por qué las avestruces entierran su cabeza?

Son ya tantos los Blogs excelentes que se encuentran en internet que es imposible saber de todos y entrar en ellos. Pero cada uno tiene sus lectores y en ellos hace el bien.

Un muy querido amigo me señala uno de ellos para mí desconocido. Tanto el Blog como su autor. Un laico, joven padre de familia, que combate en la misma trinchera por la causa de Dios. Hubo días, no tan lejanos, en los que los combatientes, más bien francotiradores, nos conocíamos todos porque éramos muy pocos. Hoy, gracias a Dios, eso es ya imposible. Ni dedicando a ello todas las horas del día. Hombres y mujeres, curas y laicos están dando testimonio diario de amor a Dios y a su Iglesia con sus escritos en los medios. Y arrasamos. Bien podemos decir que internet es nuestro. Pero no nos lo ha dado nadie, lo hemos conquistado nosotros.

Y todas estas páginas, unas con muchos lectores, otras con menos, están contribuyendo a que quienes las visitan se unan también con lazos invisibles pero muy importantes con afanes de resistencia y de reconquista. Se está logrando, por encima de pequeñas disputas, una fraternidad católica militante que prácticamente había desaparecido. Hemos pasado de ser francotiradores semiclandestinos a integrar una comunidad que sabe lo que quiere y por lo que combate.

En ello han tenido importancia destacadísima estos medios hoy al alcance de todos y sin coste alguno. Cada uno es como un manantial, de escasísima agua algunos y copiosa en otros, pero que van afluyendo a un río ya considerable. Y todo es importante, desde las pequeñas gotas que aportan algunos hasta el caudal que sale a borbotones de otros. Posiblemente los ojos humanos midan los aportes y establezcan rankings, los de Dios no se detienen en esas pequeñeces y sólo se fijan en el corazón. Y en sus altas balanzas de cristal puede pesar mucho más el trabajo y el amor de quien apenas consigue añadir caudal que las aguas copiosas que aportan otros. ¿Qué sabemos nosotros del peso de las cosas que Él tiene en cuenta en el cielo? Y hasta podría ocurrir, Dios quiera librarnos de ello a quienes defendemos su bandera, que el éxito personal aquí nos haga olvidar que no es esa nuestra causa y que el premio reservado se nos niegue en su día por haberlo cobrado aquí en esa moneda que no sirve para el cielo. Y que aquí se va a quedar.

Pero tampoco nos desencarnemos tanto que nos deshumanicemos. Disfrutemos, no de nuestras victorias, sino de las de Dios, y de la hermandad entre sus hijos. Pasado mañana vamos a estar mi mujer y yo en una ciudad española con dos queridísimos amigos cuya amistad nació en el Blog. Y cuántos casos más. Que alegran la dureza del combate.

Pues otro amigo queridísimo, desde hace ya no sé cuantos años, él era poco más que un adolescente cuando le conocí y desde entonces en la misma trinchera y cantando las mismas canciones, me envía hoy un muy notable artículo de cuyo autor y su blog ignoraba todo. Os lo enlazo encantado porque vale la pena conocerlo. Dice grandes verdades. Que nos afectan a todos.

No puedo dar cuenta de tanto Blog excelente como existe. En España y fuera de España. En los Estados Unidos ya casi como flores en la primavera. Y en su mayoría hermosas y de buen olor. Algunos, por ejemplo éste desde el que os hablo, hechos por personas mayores. Pero hay muchos de jóvenes o de personas de mediana edad. Los de los otros son en su inmensa mayoría terminales. En muy poco tiempo, por ley de vida, desaparecerán. Y tras ellos nada. Y nadie.

Internet ha abierto puertas hasta hace muy poco insospechadas. Y por las que están entrando muchísimos. Unos abriéndolas y muchos más entrando en ellas.

Y una vez más me he perdido. Sólo quería recomendaros un artículo: éste.  

http://infocatolica.com/blog/mirada.php/1411270746-45-contra-el-optimismo-de-la

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