El Organismo de Obras Públicas y Socorro para los Refugiados de Palestina (UNRWA) se enfrenta a serias acusaciones por presunta colaboración con grupos terroristas, lo que ha desatado una ola de críticas hacia su gestión y sus actividades en territorios palestinos. Estas denuncias, lideradas por el grupo de derechos humanos UN Watch —su misión es supervisar las actuaciones de la ONU—, señalan que algunos empleados del organismo estarían vinculados a Hamás y promueven mensajes extremistas entre los jóvenes palestinos.
Según Hillel Neuer, director ejecutivo de UN Watch, un reciente informe de 150 páginas revela que «altos funcionarios de la UNRWA son cómplices de terroristas y mantienen reuniones regulares con ellos». Además, el grupo ha difundido imágenes en redes sociales que, supuestamente, muestran encuentros entre representantes de la agencia y miembros de organizaciones terroristas. Neuer argumenta que estas pruebas confirman las infiltraciones de Hamás en el organismo, un señalamiento que Israel lleva años denunciando sin que las potencias occidentales lo contrasten.
Entrevistas realizadas a niños en escuelas gestionadas por la UNRWA han suscitado aún más inquietudes. En una grabación reciente, un joven palestino afirmó que le enseñaron a «luchar y resistir» para liberar Palestina y recuperar las tierras «por la gracia de Alá». Otro niño manifestó abiertamente estar «orgulloso» de los ataques terroristas del pasado 7 de octubre, calificando el asesinato de judíos como la solución para Jerusalén.
A pesar de estas evidencias, el Comisionado General de la UNRWA, Philippe Lazzarini, ha defendido al organismo calificando estas denuncias como parte de una «campaña de desinformación sin precedentes«. Sin embargo, Neuer respondió que si las acusaciones fueran falsas, la organización ya habría tomado medidas legales contra él.
Las críticas contra la UNRWA no son nuevas. Israel ha señalado durante años que Hamás ha convertido al organismo en una plataforma para difundir propaganda y fortalecer sus operaciones.
