Durante su campaña electoral, el senil presidente Joe Biden prometió convertir a Arabia Saudí, la última teocracia hereditaria del planeta, en un «estado paria» por sus continuas atrocidades contra los derechos humanos de sus súbditos, pero las buenas intenciones duraron lo que tardó en ser (presuntamente) elegido. Recientemente voló a Riad en el acostumbrado viaje de pleitesía para rogar a los saudíes que aumenten la producción de petróleo, y su complicidad con el régimen se hizo evidente cuando saludó al Príncipe Salman chocando los puños, como colegas en el Bronx.
Sin duda el régimen saudí interpretó el «colegueo» de Biden como un cheque en blanco de los norteamericanos para seguir imponiendo la tiranía habitual sobre sus súbditos con total tranquilidad. Y de aquellos polvos, estos lodos: una activista acaba de ser condenada a 34 años de cárcel por tuitear sobre la represión de las mujeres en el «reino mágico» de la monarquía wahabí.
Salma al-Shehab, de 34 años, madre de dos hijos y estudiante de posgrado en la Universidad de Leeds en Inglaterra, estaba de vacaciones en Arabia Saudí en enero de 2021 cuando fue arrestada, juzgada y sentenciada a seis años por expresar en redes sociales su apoyo a la activista Loujain al-Hathloul, entonces encarcelada por defender el derecho de las mujeres a conducir y el fin del sistema de tutela masculina del reino.
La semana pasada, el Tribunal Penal Especializado de Apelación de Arabia Saudí aumentó la sentencia de al-Shehab a 34 años. Según Freedom Initiative, un grupo con sede en Washington, DC que aboga por los presos políticos en Oriente Medio y el norte de África, la sentencia de al-Shehab es la más larga para una activista de los derechos de las mujeres en la historia de Arabia Saudí.
«Arabia lleva tiempo presumiendo ante el mundo de haber iniciado una reforma jurídica que mejora la posición de la mujer, pero lo cierto es que la situación no hace más que empeorar», dice en una nota Bethany Al-Haidari, administradora de casos saudíes en Freedom Initiative. «Desafortunadamente, no sorprende que Mohamed bin Salman se sienta más seguro que nunca para ordenar tan atroces violaciones de derechos».
“Sin avanzar un solo paso hacia la obligación de rendir cuentas, el viaje de Biden y el espaldarazo de la comunidad internacional se han entendido como una luz verde«, agrega Al-Haidari. «Las autoridades saudíes deben liberar a Salma y asegurarse de que sus hijos pequeños no crezcan sin una madre simplemente porque ella pidió la libertad de los activistas de derechos humanos».
Lina al-Hathloul, jefa de supervisión y comunicaciones del grupo de derechos humanos ALQST con sede en Arabia Saudí y Londres y hermana de Loujain, afirma que «los activistas saudíes ya habían advertido a los líderes occidentales que dar legitimidad al príncipe heredero allanaría el camino a nuevos abusos, que lamentablemente es lo que estamos presenciando ahora».
Loujain al-Hathloul fue liberada de prisión semanas después del arresto de al-Shehab, aunque sigue confinada en Arabia Saudí debido a la prohibición de viajar. «Es irónico que, mientras se celebraba la liberación de Loujain, Salma permaneciera tras las rejas por haber pedido esa misma liberación”, dijo Al-Haidari. «Es un patrón para las autoridades saudíes asegurarse de que las mujeres activistas no puedan celebrar ni atribuirse el mérito de ninguna de sus victorias ganadas con tanto esfuerzo».