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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

El destructor americano Donald Cook y la 'reincidencia suicida' de Siria

Barcos de guerra americanos se acercan a Siria sin esperar que se investigue el ataque químico. Además, navíos de guerra chinos en el Mediterráneo habrían recibido la orden de unirse a la armada rusa en caso de ataque según algunas web francesas. Conflicto grave e internacionalizado.

Con la precisión de un reloj suizo y como habían profetizado fuentes del Alto Mando ruso, fue insinuar Trump que ya iba siendo hora de sacar hasta el último soldado americano de Siria cuando el régimen de Assad, con la guerra ganada, lanza un ataque químico sobre civiles en Duma, el último bastión que mantienen los rebeldes. Es un caso extremo de reincidencia suicida, ¿no les parece? 
Oh, bueno, lo dicen los Cascos Blancos que, aunque han sido acusados de ser el servicio de RRPP del ISIS y sorprendido en numerosos montajes de foto y vídeo, sigue gozando de una extrañísima credibilidad en la prensa occidental. 
En cualquier caso, ya navega hacia las costas sirias un destructor americano y Gran Bretaña y Francia le hacen los coros a Estados Unidos. Trump ha llamado «animal» a Assad -presumiblemente, después de haber visto fotos, como la última vez- y ha reprochado a los rusos que se empecinen en mantenerlo al frente del país mediooriental. 
Los rusos, por su parte, están furiosos de saber que se acerca un destructor americano -el USS Donald Cook, equipado con misiles Tomahawk y el sistema de defensa antimisiles Aegis, a su única base naval en el Mediterráneo, Tartús, sin previa notificación. 
Pero una noticia de última hora parece agravar aún más la crisis: navíos de guerra chinos en el Mediterráneo habrían recibido la orden de unirse a la armada rusa en caso de ataque. La noticia la leo en la web francófona Réseau International, que a su vez se remite a Strategika51. Si se confirmara este extremo, supondría la internacionalización ‘en serio’ del conflicto chino. 
Pero ningún medio chino ha confirmado la noticia hasta el momento, y la transmito con toda la desconfianza del mundo. A China no se le ha perdido nada en Siria y sería un paso en falso, a estas alturas, desafiar militarmente a Estados Unidos en un conflicto que ni le va ni le viene. 
Sabemos que el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Greng Shuang, ha pedido calma en esta crisis, añadiendo que su país se opone «al uso irresponsable de la fuerza o de las amenazas de fuerza». 
Antes de concluir «una investigación completa, imparcial y objetiva» del incidente, añade Shuang, nadie debería «prejuzgar los resultados ni llegar a conclusiones arbitrarias». 
Sí sabemos, en cambio, que China ya ha sugerido -durante la reciente visita de su ministro de Defensa a Moscú- que, militarmente, estaría del lado de Rusia en caso de una agresión americana y que apoya la petición rusa de llevar a cabo una investigación internacional sobre el supuesto ataque químico. 
No nos gustaría pecar de cínicos, pero es dudoso que los civiles muertos de Duma quiten el sueño a quienes apoyan con entusiasmo la guerra que, ignorada por los medios, libra Arabia Saudí contra el Yemen, población civil incluida. 
De hecho, la negativa de Trump a esperar el resultado de una investigación, dando inmediatamente por buena una versión de parte, indica a las claras que estamos ante una decisión tomada ya de antemano.  
Estados Unidos, hasta ahora el hegemón mundial indiscutible, ha sufrido un evidente revés en Siria y China empieza a desafiarle en el mar que lleva su nombre. No responder con una acción contundente equivaldría a lanzar al mundo el mensaje de que el gigante puede ser desafiado impunemente. 
Viene de antiguo, y en los últimos meses no ha hecho otra cosa que acelerarse. Ahí están los ‘casos’ con que se ha preparado a la población occidental, desde las múltiples ‘injerencias’ del Kremlin en todas las elecciones habidas y por haber hasta el asunto del doble espía Skripal en Gran Bretaña -que parece estar recuperándose, junto a su hija Yulia, algo que se nos decía imposibloe en un envenenado con Novichok-y ahora, el segundo ataque químico sobre civiles de Assad. Que el caso del anterior se haya cerrado reconociendo los investigadores que no hay pruebas que apunten a Assad es indiferente. 
Primero se planifica la guerra, y luego ya se prepara el ‘casus belli’. Todo lo cual funcionaría mucho mejor si no tuviésemos fresco el recuerdo de Irak y sus ‘armas de destrucción masiva’ inexistentes o las consecuencias desastrosas de esas míticas ‘primaveras árabes’ que iban a convertir Oriente Medio en Minnesota. 

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