El primer ministro de Armenia, Nikol Pashinián, ha considerado este jueves ante la Asamblea General de la ONU que un acuerdo de paz con Azerbaiyán está «al alcance» tras la firma de un reglamento sobre la actividad conjunta a la hora de demarcar las fronteras entre ambos países y que contiene como referencia a las existentes durante el último periodo de la extinta Unión Soviética.
«El mensaje clave de mis discursos anteriores fue el punto muerto en el logro de la paz entre Armenia y Azerbaiyán, pero hoy quiero decir que la paz entre Armenia y Azerbaiyán no solo es posible, sino que también está al alcance«, ha manifestado durante su intervención.
Pashinián ha justificado su opinión por la firma de un documento en el que ambos países reconocen la «integridad territorial y la inviolabilidad de las fronteras que existían durante la Unión Soviética», un punto que considera como «fundamental» para dar el siguiente paso de establecer sus relaciones interestatales y la consiguiente paz.
Tras ello, ha recordado que tanto él como el presidente azerí, Ilham Aliyev, han declarado en numerosas ocasiones que el acuerdo está al «80 por ciento», razón por la que ha propuesto firmar «ahora mismo» la paz y luego «continuar las negociaciones sobre las cuestiones restantes».
«¿Por qué hacemos una propuesta así? Porque no hay precedentes de que un tratado de paz o cualquier otro tratado resuelva todo, resuelva todos los problemas, y eso no es posible en la práctica. Por esta misma razón, dos países necesitan nuevos acuerdos y arreglos después de firmar cualquier tratado. Por muy exhaustivo que sea un tratado, aún quedan muchas cuestiones importantes por abordar», ha señalado.
En ese sentido, ha considerado que acordar la paz, rechazar demandas territoriales, establecer relaciones diplomáticas, crear una comisión conjunta de supervisión para implementar el tratado de paz, la no interferencia en los asuntos internos, rechazar el uso de la fuerza y de las amenazas son suficientes para llevar a cabo la firma.
«Quiero decir que la existencia de una paz de iure entre Armenia y Azerbaiyán con la firma del Acuerdo propuesto y el establecimiento de relaciones diplomáticas conducirá a un cambio en la atmósfera general y la percepción de nuestros gobiernos y pueblos, lo que contribuirá significativamente a la solución de los problemas restantes», ha añadido Pashinián.
Sin embargo, ha señalado que uno de los principales obstáculos es la acusación de Azerbaiyán sobre «reivindicaciones territoriales» en la Constitución de Armenia, algo que el primer ministro ha rechazado para decir que la Constitución azerí sí que las contiene, si bien ha explicado que esto no es un obstáculo para Ereván en caso de firmar el acuerdo de paz, que contiene un artículo que «resuelve el problema».
«Si nuestro Tribunal Constitucional decide que el contrato cumple con la Constitución de la República de Armenia, en ese caso no habrá ningún obstáculo para ratificarlo en el Parlamento de nuestro país, y aquí es donde surge una circunstancia extremadamente importante», ha agregado.
Mensaje positivo a pesar de la dificultad de las negociaciones
Por último, el mandatario armenio ha manifestado su intención de no querer «enviar ningún mensaje negativo, inquietante, pesimista» a pesar de su existencia para hacer honor al proverbio armenio digamos cosas buenas para que pasen cosas buenas mientras se toman «decisiones difíciles» para hacer realidad el dicho.
«La paz está muy cerca y todo lo que tenemos que hacer es extender la mano y tomarla. No es fácil ni para Azerbaiyán ni para Armenia, porque cada uno de nosotros tiene su propia verdad, y el debate sobre esas verdades ha llevado a la enemistad, a las víctimas y a las guerras. El dolor es muy profundo y grande. Pero ahora debemos centrarnos en la paz, porque la paz es la única verdad que pueden comprender tanto los pueblos de Azerbaiyán como de Armenia. Esa verdad nos abrirá los ojos a todos, cerrará las fuentes de enemistad y nos orientará hacia el futuro», ha finalizado.
Poco después de su intervención, el secretario del Departamento de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, se ha reunido en Nueva York con sus homólogos armenio y azerí, Ararat Mirzoyán y Jeyhun Bayramov, respectivamente, a quienes ha animado a continuar con el proceso de paz para «finalizarlo lo antes posible».
Además, ha reconocido el progreso de ambas partes en el camino a una «mayor estabilidad y prosperidad» en la región, según un comunicado del Departamento de Estado.
Armenia y Azerbaiyán iniciaron el pasado abril los trabajos de demarcación de la frontera común, en el marco de un proceso de conversaciones de cara a la normalización de relaciones y un acuerdo de paz tras más de tres décadas de conflicto.
Estas negociaciones arrancaron después de que el Gobierno azerí estableciera el septiembre anterior la plena soberanía en la región de Nagorno Karabaj tras una «operación antiterrorista» de menos de 24 horas que derivó en un acuerdo de alto el fuego que incluía la disolución de las autoridades separatistas proarmenias y forzó la huida de la práctica totalidad de la población armenia hacia el país vecino.
Nagorno Karabaj es un territorio de unos 4.400 kilómetros cuadrados en el Cáucaso Sur reintegrado en Azerbaiyán tras la citada ofensiva de 2023, después las guerras entre 1988 y 1994 y la de 2020. Hasta entonces la zona, de mayoría armenia, había estado más de tres décadas bajo control de fuerzas proarmenias pese a que la comunidad internacional reconocía la región como de soberanía azerí.