El primer ministro de Japón, Fumio Kishida, ha anunciado este miércoles que no se presentará a la reelección como líder del Partido Liberal Democrático (PLD), por lo que deja en el aire el cargo de jefe de Gobierno tras unos niveles de aprobación mínimos de la formación como consecuencia de una serie de escándalos de financiación que salpican a varios altos cargos.
«Seguiré haciendo todo lo que pueda como primer ministro hasta el final de mi mandato en septiembre», ha declarado en una conferencia de prensa televisada en la que ha reconocido que ha «habido una serie de situaciones que han hecho que la población japonesa desconfíe» de la política y ha expresado su intención de asumir la responsabilidad por la polémica: «No dudo en asumir la responsabilidad por la grave situación causada».
En este sentido, ha explicado que «es necesario demostrar firmemente a la gente que el PLD cambiará. Para lograrlo, es importante tener una elección transparente y abierta y un debate libre y animado». «El paso más obvio para demostrar que el PLD cambiará es que yo renuncie. No me presentaré a las próximas elecciones», ha remarcado.
Kishida, que asumió el cargo hace tres años, en octubre de 2021, ha aprovechado la ocasión para destacar sus «logros» durante su mandato, haciendo referencia a un aumento de los salarios y mejora de las inversiones, así como un mayor gasto en defensa y la celebración de la Cumbre del G7 en Hiroshima. «Estoy orgulloso de que hayamos podido lograr grandes resultados», ha agregado después de remarcar su posición de cara a una cooperación en «una sociedad internacional cada vez más dividida».