Mohammed Jaham Al Kuwari responde en La Gaceta a las acusaciones de financiación del terrorismo internacional y el radicalismo islámico en todo el mundo procedentes de países como Arabia Saudí.
Hablar de Qatar hoy es hacerlo de un país que se encuentra en el punto de mira. Hace apenas mes y medio, varios estados del Golfo -encabezados por Arabia Saudí- llamaron al bloqueo internacional al entender que el emirato estaba financiando el terrorismo internacional. La noticia pronto dio la vuelta al mundo y evidenció la tensión existente en una de las zonas con más intereses económicos del planeta. En La Gaceta, José Javier Esparza trató de poner luz a lo que estaba ocurriendo y al complejo entramado de alianzas que entran en juego en un tablero político que no es más que la extensión de lo que antes se vivió en Oriente Medio.
Al Kuwari nos recibe con una sonrisa. Su carácter tranquilo choca con la grave crisis diplomática que vive Qatar, pero advierte que detrás de todo eso están los «intereses ocultos de muchos países». El embajador qatarí apunta a Riad pero no dispara, pues asegura que el tiempo pondrá «a cada uno en su sitio». Por el momento, el lugar del emirato islámico es el centro de una polémica que abarca a decenas de países y que podría tener consecuencias desconocidas en la zona.
– ¿Financia Qatar el terrorismo islámico?
Qatar es uno de los estados de la coalición internacional que lucha contra el terrorismo. El argumento de los países de la acusación no tiene fundamentos y estamos abiertos a explicar a todas las naciones la situación. Nuestra legislación es estricta con la financiación de este tipo de actividades.
Los cuatro países árabes que cortaron lazos diplomáticos con Qatar argumentaron que el emirato respalda a terroristas. Desde Riad, el Gobierno saudí fue más allá y señaló las conexiones con varios grupos islamistas. La acusación, que fue negada en todo momento por las autoridades qataríes, fue recibida con cierto recelo por la comunidad internacional.
A muchos les resultaba paradójico que fuera precisamente Arabia Saudí, un país íntimamente relacionado -según la inteligencia norteamericana- con los inicios de Al Qaeda y el Estado Islámico, el que realizara estas acusaciones. “Todo este proceso es una farsa que esconde las intenciones reales de Arabia Saudí”, sentencia Al Kuwari.
– ¿Qué busca Riad?“Todo este proceso es una farsa que esconde las intenciones reales de Arabia Saudí”
El Gobierno saudí quiere limitar nuestras relaciones diplomáticas con el resto del mundo porque mantenemos una línea independiente y lejos de su influencia. No queremos estar bajo su sombra y es algo que no terminan de aceptar.
– En el año 2013 su Gobierno firmó con Arabia Saudí los acuerdos de Riad, pero ahora denuncian su incumplimiento…
Estos pactos no se firmaron únicamente entre Arabia Saudí y Qatar, sino que englobaban también al resto de países del Golfo. La conclusión de aquella cumbre era crear un mecanismo para resolver los problemas internos.
– Y ahora…
Ahora estos acuerdos han sido traicionados por un grupo de países de forma unilateral y con la única intención de cortar nuestras vías de financiación.
Otra de las acusaciones que pesa sobre Qatar se centra en el apoyo a grupos como los Hermanos Musulmanes, una organización ilegalizada en muchos países de la región. El primer acuerdo, firmado el 23 de noviembre de 2013, prohíbe expresamente respaldar a grupos “desviados” que interfieran en asuntos internos de otras naciones.
En marzo de 2014, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Bahréin retiraron a sus embajadores en un riña a propósito del apoyo a los Hermanos Musulmanes en Egipto. Meses después, la tensión se apaciguó con la firma de un tratado adicional a los Acuerdos de Riad.
Al Kuwari considera que no “existen pruebas” y repite de nuevo que esta polémica “sólo tiene motivaciones políticas”. No obstante, a pesar de haber dado marcha atrás en sus peticiones iniciales como veremos más adelante, los países del Consejo de Cooperación no han retirado sus exigencias en torno a este grupo.
El papel de Al Jazeera
“Si sólo pueden lograr detener la incitación al odio cerrando la cadena, está bien. Si pueden conseguirlo sin echar el cierre, también”, señaló este miércoles el embajador saudí en la ONU, Abdalá bin Yahia Almuallimi. Unas palabras que matizan el discurso inicial y que abren la vía al entendimiento. No obstante, la versión del Gobierno qatarí es muy diferente.
– ¿Qué papel juega Al Jazeera en su política exterior? ¿Incita al odio y al extremismo -tal y como asegura Riad-?
Es una cadena libre que está financiada por Qatar pero que cuenta con un Consejo independiente. Su objetivo es servir de plataforma para que la gente pueda expresarse libremente. No existe una televisión en Riad que refleje una opinión al margen del Gobierno, pero en Qatar no somos así.
– ¿Molesta la presencia internacional de Al Jazeera a estos países?
El problema de estos países es que apuestan por el diálogo en un sola dirección, el discurso único. Nuestra región tiene muchos problemas, muchas complicaciones, y el debate debe estar abierto a todas las partes del mundo. Además, hoy en día cualquiera puede acceder a la información, por lo que no tendría sentido.
La polémica volvió a envolver a Al Jazeera el pasado mes de marzo. La cadena árabe retransmitía la última hora de los atentados en Londres cuando su cuenta de Facebook, que permite clasificar las noticias que aparecen en el tablón en función de la sensación que producen, se llenó de los ‘Me gusta’ y ‘Me divierte’ de los espectadores mientras que en los comentarios se alentaba al atacante al grito de ‘Alá es grande’.
– Irán apoyó a Qatar tras el comienzo del bloqueo y varios atentados terroristas sacudieron Teherán en los días sucesivos. ¿Por qué?
No tenemos una explicación. Estamos en contra de los atentados terroristas en todo el mundo, pues se ha convertido en una lacra y todos los países debemos estar unidos contra los asesinos. Qatar quiere la estabilidad y la seguridad en la zona.
Terrorismo y wahabismo
El papel de Qatar y Arabia Saudí en torno al terrorismo ha sido muy controvertido. Nada ha proporcionado tantas justificaciones a los terroristas como el wahabismo, la doctrina religiosa oficial en Arabia Saudí y oficiosa en Qatar, que propugna “un islam milenarista, misántropo, indomable, belicoso, anticristiano, antisemita y misógino”. El emirato qatarí siempre fue cercano a esta corriente, pero los descendientes del fundador de esta rama religiosa se distanciaron de los gobernantes en Qatar hace unos días.
La familia Al Asheij negó que el emir de Qatar, Tamim bin Hamad al Zani, sea descendiente de Muhammad Ibn Abdul Wahhab, fundador de la citada corriente religiosa. Así, reclamaron explícitamente a Qatar que cambie el nombre de la mezquita Jeque Muhammad Ibn Abdul Wahhab, inaugurada por Al Zani con motivo de sus supuestos lazos con el fundador del wahabismo.
– No todos los países dedican los mismos esfuerzos a combatir el terrorismo… ¿El trabajo es suficiente?
Existe una alianza internacional y mantenemos un acuerdo con Estados Unidos, una señal importante de nuestra lealtad a esta lucha. Somos el único país de la zona que ha firmado un acuerdo de este tipo, pero el resto de naciones deben ir uniéndose para combatir esta lacra.
Resolución del conflicto
El comienzo de la peor crisis diplomática en el Golfo se produjo el 24 de mayo tras la publicación en la agencia de noticias gubernamental de unas presuntas declaraciones del emir Hamad al Zani en las que recelaba de Donald Trump, mostraba su apoyo a Hamás y animaba a mejorar las relaciones de los países árabes con Irán.
Desde el Ejecutivo de Qatar negaron la existencia de las citadas declaraciones y señalaron que habían sido víctimas de un cibertaque. Este lunes, el norteamericano The Washington Post desvelaba un informe de la oficina de Inteligencia de EEUU que recoge que el Gobierno de Emiratos Árabes Unidos habría urdido el ataque.
– ¿Está Emiratos Árabes detrás del ataque?
Qatar dijo desde el primer día que se trataba de un ciberataque contra nosotros y ahora tenemos todos los detalles. Contamos con un informe americano y consideramos que se trata de un crimen, un crimen contra el Estado que será tratado como tal. Esperamos una respuesta firme de todos los países contra este atentado.
– ¿Aceptará Qatar alguna de las cláusulas propuestas para terminar con el bloqueo?
Las peticiones son un insulto. Estos países prepararon estas exigencias para que Qatar las rechazara. Hay muchos intereses detrás y son un insulto para un país soberano. Desde Estados Unidos y Europa han asegurado que ningún país estaría dispuesto a aceptar este tipo de exigencias.
Ahora parece que han matizado su propuesta y en Qatar estamos dispuestos a hablar y negociar, pero no aceptaremos ninguna violación de nuestra política interior.
La guerra en Siria
Al Kuwari apoya la salida de Bashar Al Assad del poder en Siria y sigue la línea marcada inicialmente por Barack Obama. “Estamos en el siglo XXI y el futuro del pueblo sirio debe ser únicamente suyo. Son ellos los que tienen que elegir qué tipo de gobierno quieren”, afirma el embajador qatarí.
Sin embargo, los experimentos democráticos en países de la zona han fallado y lugares como Libia tienen hoy dos parlamentos simultáneos, los señores de la guerra se reparten cada barrio y las mafias migratorias se han hecho con el control de la costa.
– ¿Qué tendría que cambiar en Siria?
Es una situación complicada porque hay grupos terroristas dispuestos a luchar para hacerse con el control. La comunidad internacional debe tomar parte y permitir que los sirios tengan un futuro digno y a la altura.
Crisis de refugiados y control de mezquitas
Numerosos dirigentes europeos han señalado durante estos dos últimos años la negativa de Qatar a acoger refugiados en su territorio -pese a contar con grandes recursos para ello- mientras dedicaba sus esfuerzos a financiar la educación de los recién llegados en Francia.
– ¿Ha acogido Qatar a un número suficiente de refugiados?
Desde el comienzo de la crisis migratoria nuestro país ha recibido a miles de ciudadanos sirios. De hecho, la población siria en Qatar ronda el 15% y hemos dedicado importantes esfuerzos económicos para ayudar a las personas en las áreas comprometidas de Siria o Líbano.
Las cifras de acogida son hoy un misterio. La ONU no ha publicado ningún tipo de informe sobre el tema y las autoridades qataríes no han ofrecido cifras a la opinión pública. La prensa internacional denunció la posición de muchos países del Golfo, especialmente de Arabia Saudí, ante el drama migratorio que vive Oriente Medio.
– ¿Cómo controla Qatar los procesos de radicalización en sus mezquitas?
Nuestra visión acerca de las mezquitas es que deben ser un lugar de intercambio. En Qatar tenemos seis iglesias para ayudar a la comunidad cristiana que vive en el país y la idea es encontrar esa colaboración en Europa. No entendemos la mezquita como un lugar donde el terrorismo pueda tener cabida.
La realidad en Europa es desgraciadamente muy diferente. Numerosas mezquitas en Francia, Bélgica o Reino Unido se han convertido en el centro de operaciones de las células islámicas que operan en el Viejo Continente. La financiación procedente de Oriente Medio -principalmente Arabia Saudí y Qatar-, la presencia de imanes radicales y la falta de control de las autoridades permiten crear el caldo de cultivo ideal para los ataques terroristas.
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