La ONU ha reconocido de manera oficial que al menos nueve de sus empleados en Gaza participaron en la masacre de judíos perpetrada por terroristas de Hamás el 7 de octubre del año pasado. Este ataque, que resultó en más de 300 muertos, 1.500 heridos y más de 200 secuestrados, constituyó la peor matanza de civiles hebreos en los últimos 75 años y provocó la guerra de Israel contra Hamás en la Franja de Gaza.
La investigación interna, llevada a cabo por la Oficina de Servicios de Supervisión Interna de la ONU, se ha centrado en 19 empleados de la UNRWA, la principal agencia de ayuda humanitaria de la ONU en Gaza. Diez de ellos fueron exculpados, aunque nueve quedaron bajo sospecha debido a la falta de pruebas concluyentes. Sin embargo, otros nueve empleados fueron encontrados culpables y despedidos. Este informe, considerado confidencial por el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, está disponible para los Estados miembros que lo soliciten.
El Gobierno de Netanyahu denunció que la planificación y ejecución de la masacre del 7 de octubre involucró a un grupo significativo de trabajadores de la UNRWA. La denuncia fue tomada en serio por doce países, que suspendieron provisionalmente sus aportaciones económicas a esta agencia de Naciones Unidas. Entre estos países se encuentran el Reino Unido y Estados Unidos, con la Casa Blanca manteniendo suspendida su financiación. En contraste, el Gobierno de Pedro Sánchez no ha detenido sus transferencias monetarias a la UNRWA, y aprobó incluso la entrega de 3,5 millones de euros semanas después de que se sugiriera la implicación de varios trabajadores de esta agencia en los atentados. A pesar del escándalo, el gobierno español continuó elogiando el trabajo de la UNRWA.
El dictamen final de la ONU es un duro golpe para la credibilidad de la UNRWA y la imagen de la propia organización. Este admite que Israel tenía razón al denunciar la conexión de personal de la UNRWA con los terroristas de Hamás. A pesar de estas conclusiones, el Gobierno israelí no está satisfecho, alegando que la investigación no fue lo suficientemente extensa y que debería haberse realizado una purga más exhaustiva, ya que consideran que las vinculaciones entre la UNRWA y Hamás son más amplias de lo admitido por la ONU.
