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UTILIZA CAMPOS DE CONCENTRACIÓN

La ONU constata en un informe las torturas y las violaciones de DDHH de China a los uigures

China ONU uigures derechos humanos
El presidente de la República Popular de China, Xi Jinping. Europa Press

La Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, ha dado a conocer el esperado informe sobre las violaciones que cometidas por el Gobierno comunista de China sobre la minoría uigur en la región de Xinjiang, una semana después de que reconociera presiones de Pekín para evitar la publicación de dicho documento.

Los uigures son una etnia túrquica que ocupa lo que ahora es la gigantesca provincia china de Xinjiang, antes conocida como Turkestán Chino, al noroeste del país. El Gobierno chino tendría dos cosas contra esta minoría: que no son -es decir, étnicamente- chinos y que son musulmanes -el régimen comunista ateo no sólo persigue a los cristianos-. Por tanto, hace unos años iniciaron lo que muchos medios e instituciones en todo el mundo han calificado de campaña de genocidio. Ahora -mejor tarde que nunca-¡-, es la propia ONU la que se atreve a denunciar al Gobierno comunista.

En sus 48 páginas, el informe de la ONU subraya las «creíbles» pruebas de violaciones de derechos humanos que el régimen comunista habría llevado a cabo en Xinjiang contra la minoría de confesión musulmana.

En concreto, este informe ―cuya elaboración ha llevado tres años― asegura que se habrían cometido “graves violaciones de los derechos humanos” en el contexto de la aplicación de estrategias antiterroristas y contra el «extremismo» aprobadas por la dictadura comunista en 2014. «La aplicación de estas estrategias y de las políticas asociadas en la región administrativa especial de Xinjiang ha dado lugar a restricciones severas e indebidas a una amplia gama de derechos humanos”, se lee en el documento compartido por la expresidenta chilena.

“Estas pautas de restricciones se caracterizan por un componente discriminatorio, ya que los actos subyacentes suelen afectar directa o indirectamente a los uigures y a otras comunidades predominantemente musulmanas”, añade.

El Alto Comisionado para los DDHH de la ONU ha calificado las estrategias «antiterroristas» chinas en la región como «profundamente problemáticas desde el punto de vista de las normas internacionales, ya que contendría conceptos vagos, amplios y abiertos que dejan una gran discreción a los funcionarios para interpretar y aplicar amplios poderes de investigación prevención y coerción».

Asimismo, «en un contexto de garantías limitadas y escasa supervisión independiente», tal marco habría conducido en la práctica a la privación arbitraria de libertad a gran escala de miembros de la comunidad uigur y de otras comunidades predominantemente musulmanas de Xinjiang en los VETC ―los llamados centros vocacionales de educación y entrenamiento―, una suerte de campos de concentración construidos por el régimen de Pekín.

En esos centros de detención donde el régimen chino “reeduca” a los uigures se ejemplificaría “un sistema de detención arbitraria y con patrones de abuso”, según recoge el informe.

“El tratamiento de las personas retenidas en el sistema de los llamados VETC es igualmente preocupante. Las alegaciones de patrones de tortura o malos tratos, incluyendo el tratamiento médico forzado y las condiciones adversas de detención, son creíbles, al igual que las denuncias de incidentes individuales de violencia sexual y de género”, esgrime el escrito de la ONU.

El informe también denuncia violaciones de los derechos reproductivos a través de la aplicación discriminatoria y la obligación de llevar a cabo políticas de planificación familiar y control de la natalidad. También se llevaron a cabo restricciones a la identidad y la expresión religiosas, así como al derecho a la intimidad y a la libre circulación.

Este informe ha sido publicado una semana después de que Bachelet denunciara presiones por la inminente publicación del documento, llegando a recibir una carta firmada por 40 países y cuyo nombre no quiso desvelar la Alta Comisionada.

El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores del país comunista, Wang Wenbin, ha señalado este jueves que el informe es una “herramienta política” contra el Gobierno de Pekín y ha calificado al documento de la ONU de “mosaico de desinformación”.

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