«Ser es defenderse», RAMIRO DE MAEZTU
La Gaceta de la Iberosfera
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Las Coreas firman la paz bajo los auspicios de Donald Trump

Hoy la noticia es que ha estallado la paz en Corea y que su artífice es, quién lo diría, Donald Trump.


El último conflicto de la Guerra Fría -que fue también el primero-, la Guerra de Corea, ha terminado esta semana. La península sigue dividida entre un norte comunista, pobre y cerrado al mundo y un sur liberal, próspero y abierto, pero al menos la línea fronteriza no separa a dos países que se han mantenido técnicamente en guerra más de sesenta años.
¿El mérito? De Trump. Así lo ha reconocido sin ambages la ministra surcoreana de Asuntos Exteriores, Kang Kyung-wha. Atrás quedan las declaraciones ex cathedra de tantos expertos en política exterior, que habían pontificado que las balandronadas del presidente frente a Kim Jung-un hacían ya imposible un acuerdo y alejaban las posibilidades de paz.
Bueno, teniendo en cuenta que Obama fue nominado a solo once días de ocupar la Presidencia para el Nobel de la Paz, que obtuvo sin resolver un solo conflicto e iniciando unos cuantos, el de este año cae seguro para Donald Trump, ¿no? ¿No?
Estamos bromeando: la Academia Sueca preferiría dárselo al líder Juche o directamente disolverse.
Tiene el viento de cola últimamente el ‘presidente teflón’. Las buenas nuevas de Corea llegan después de que el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes presentara su informe señalando que no hay pruebas de que la campaña de Trump se hubiera puesto de acuerdo con los rusos -la penúltima estaca en el corazón de ese vampiro, la ‘trama rusa’- y de hacer que el crudo vuelva a bajar al asegurarle a Angela Merkel que, por ahora, no va a denunciar el acuerdo nuclear con Irán.
Es cierto que el informe de la OPAQ que investigaba el supuesto ataque químico en Duma no ha encontrado ni rastros de sustancias prohibidas ni víctimas, convirtiendo el ataque en una ofensiva injustificada e ilegal. Pero hasta eso, sospechamos, son buenas noticias para Donald, que neutraliza con estas noticias la presión que ejercen sobre su Administración los neoconservadores.
Las imágenes de Kim Jong Un y el presidente surcoreano Moon Jae-in cogidos de la manita en la zona desmilitarizada entre las dos Coreas son realmente prodigiosas para quien haya seguido la historia y, sobre todo, la tensión e intercambio de amenazas de los últimos meses.
“Declaramos solemnemente a nuestros 80 millones de compatriotas coreanos y al mundo que no habrá más guerra en la Península de Corea y que ha empezado una nueva era de paz», leyeron ambos líderes en un comunicado conjunto que ya se conoce como la Declaración de Panmunjeom. «Nuestra misión urgente es poner fin al actual estado anómalo de altoelfuego y establecer un régimen de paz»
Además, añaden, «hemos acordado compartir una firme decisión de iniciar una nueva era en la que todo el pueblo coreano disfrute de la prosperidad y felicidad en una tierra pacífica sin guerras». Es la primera declaración que hace Kim para la prensa internacional desde su toma de poder en 2011.
Ambas partes «confirmaron la meta común de lograr, mediante la total desnuclearización, una Península libre de armamento nuclear».
Por supuesto, muchos desde la oposición -es decir, los grandes medios- señalan ya que el acuerdo es una trampa pero, sinceramente, va a ser muy difícil vender esto como otra cosa que un enorme, sensacional triunfo de la política exterior del presidente.
Los trumpistas de primera hora, que tantas veces han devuelto a Trump el rosario de su madre tras romper todas las fotos, vuelven a sentir que renacen sus esperanzas. Después de todo, lo de Siria fue poco más que fuegos artificiales, con los rusos advertidos a tiempo, que han causado poco destrozo y no se ha vuelto a repetir. Y las declaraciones a Merkel apuntan claramente que tampoco parece que vaya a haber la temida guerra con Irán -o ‘ataque quirúrgico’, que tanto monta-, al menos a corto plazo.
Naturalmente, todo puede salir mal. El régimen norcoreano no es exactamente fácil de tratar, y la distancia entre las dos Coreas es gigantesca, dos mundos totalmente diferentes pese a su identidad nacional común. Es difícil saber cómo va a concretarse un acercamiento que podría poner en peligro el régimen de Pyoongyang o abocar al sur a una riada de refugiados. Cualquier detalle puede hacer saltar por los aires las negociaciones.
Pero eso tendremos que verlo otro día; hoy la noticia es que ha estallado la paz en Corea y que su artífice es, quién lo diría, Donald Trump.

TEMAS |
+ en
.
Fondo newsletter